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ALMA GUARANI

ALMA GUARANI.

Este es el título de la hermosa y emblemática canción del correntino Osvaldo Sosa Cordero y del rosarino Damasio Esquivel. La escuchamos una vez más en el Vigésimo Quinto Festival del Chamamé que en estos días se lleva a cabo en la ciudad de Corrientes República Argentina, entre tantas otras hermosas canciones de Brasil y de Paraguay, es decir, del Cono Sur de las Américas.  Si uno se deja envolver por los temas, las canciones y el clima de encuentros de esta naturaleza percibe claramente que detrás de estos eventos, más allá de las fronteras geográficas, hay un pueblo grande de raíz común que persiste e insiste en el rescate de un alma que subyace y define la raigambre de su propia identidad. Y en esa alma hay reminiscencia, hay dolor, hay esperanza. Es el alma guaraní que sobrevive en canto y en esperanza que ha podido mantenerse incólume como la musa inspiradora de un pueblo grande. Es el alma que jamás pudo ser sometido por los opresores porque está hecho de miles de gritos que retumbaron en el tiempo. Es ese sapukai altivo y rebelde que se acrisoló en el fragor de las persecuciones y de todas las penurias. Es “la raza del Guayaki que la selva no ha olvidado” Es increíble cómo se siente y se presiente la identidad común de nuestros pueblos. Polcas y Chamamé de Argentina y Paraguay. Y ese Brasil de las tierras gaúchas con el canto del sertao, o sertanejo, fuertemente atraído por las canciones paraguayas y litoraleñas de Argentina. Se habla de ríos y de las corrientes de agua, se habla de jangadas y jangaderos, y por sobre todo de los inmensos yerbales que han sido el signo de la terrible esclavitud de ese pasado reciente.  “Alma guaraní lamento de los yerbales” consigna el poeta para confirmarnos en otra parte, que es “La voz racial que no morirá” porque el “Alma guaraní” corresponde a “la heredad natal” es decir a la herencia del nacimiento de nuestros pueblos. Muy bello, muy hermoso todo. Los grupos musicales invitan al público al “sapukai” los presentadores del festival hablan del “arandu” y del “Ymaguare” y las canciones, algunas totalmente en guaraní, y otras salpicadas del “mboraihu” y del “cunu´u” que aluden a la hermosa “Kuñatai”  Todavía sigue este festival hasta el 25 de este mes, y se trasmite por TV Cámara. Felicitaciones al canal paraguayo por la iniciativa y por el aporte. Para apreciar mejor hay que dejarse envolver por la música, por la danza, por el público y por el clima del evento. En esas condiciones, para muchos será posible, darse cuenta de una gran verdad que debería hacernos sentir muy orgullosos a los paraguayos, a los nacidos aquí y a los que han adoptado a este país como suyo. Y es el hecho de que la cultura guaraní, tan poco valorada por muchos, es la fuente cultural y espiritual del cono sur y del corazón de  todo este continente. En ella, radica la razón de nuestra identidad, de esa “heredad natal” de la que nos habla don Osvaldo Sosa Cordero. Es por ello, que me atrevo a recomendar que en todos los hogares se enseñe y se haga apreciar el guaraní, casi a la par de la primera oración. Por lo menos el significado de algunas palabras. Porque creo sinceramente, que con el tiempo y con el avance cultural, la vergüenza no será hablar el guaraní, la verdadera vergüenza será que siendo paraguayo, o siendo del Paraguay, no conozca ni una sola palabra del idioma guaraní.                                          

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