EN LA VÍSPERA DE UN NUEVO AÑO. Estamos casi obligados a tener esperanza cuando los días y las horas que nos separan de un nuevo año, aceleran sus ritmos contagiándonos a todos o a casi todos de la emoción de pensar y esperar nuevas oportunidades y nuevas expectativas. Es importante conservar la esperanza como una fuerza motivadora a pesar de las situaciones concretas de muchos compatriotas de adentro y de afuera que requieren de cambios significativos que puedan abrir el portal de nuevos amaneceres en sus vidas. Pero también es bueno intentar realizar un balance personal y comunitario para evaluar las cosas positivas y no tan positivas que nos aportó el año que fenece. En lo personal para muchos hermanos nuestros el 2017 fue un año duro y peleado. Aumentó la desocupación y no se pudo reducir la pobreza total y extrema. En el tema de la salud la deficiencia en la atención en los centros hospitalarios y la escasez de medicamentos se tornaron extremadamente críticas. También fueron