UN PISOTÓN DE LA DIGNIDAD A un amigo mío de nacionalidad brasileña que nunca vivió en la zona de frontera con nuestro país, le encantaba algunos chistes referentes a sus paisanos. Uno de ellos hablaba de un monumento construido por sus compatriotas con esta leyenda: “Aquí yacen veinte heroicos soldados brasileños muertos por un cobarde soldado paraguayo” Pero este otro todavía le encantaba más. “Hay que tener cuidado con los brasileños que te visitan. Si lo hacen dos o tres veces, ya pueden intentar levantar una bandera y declarar tu casa como parte de su propio territorio” Al amigo aquel le parecía un chiste bueno y se reía a carcajadas. En estos días estuve recordándole. Porque aquello que se parecía a un chiste se tornó dolorosamente dramático. Por el solo hecho de incluir en la agenda del Senado de la Nación el tratamiento de la creación de un impuesto a la exportación de granos al natural, especialmente de la soja, los productores brasileños y brasiguayos, movilizaron sus tr