REPATRIANDO
PRÓCERES.
La miseria
de un pueblo se patentiza mucho más cuando exilia o expulsa a sus miembros o a
sus conciudadanos. Tantos sean estos los exiliados económicos o, lo que es
peor, sus exiliados políticos. Es grave cuando por razones económicas, nuestros
compatriotas marchan allende la frontera en busca de las oportunidades que les
niega su país. En este sentido nuestra
historia ha sido muy dura. Recordemos algunos casos emblemáticos como el de
Augusto Roa Bastos, que cuando fue expulsado por la dictadura, el periodista y
escritor Alcibiades González del Valle había afirmado en dramática ironía:
“Hemos perdido un ciudadano pero hemos ganado un escritor” en el sentido de que
en las condiciones tan primarias que se vive en nuestro país es muy difícil que
alguien sea escritor, un creador. O el caso de aquel artista y compositor
compatriota, que aprovechó una noche para cruzar el Río Paraná, y llevarse un
tarro de tierra, de tierra roja paraguaya, su tierra que ya nadie podría
arrebatarle. En estos días estamos recordando de nuevo el caso de Agustín Pío
Barrios, Mangoré. Retomamos el deseo de
repatriar aunque sea una parte de sus cenizas, ya que en el hermano país de El
Salvador, es un patrimonio cultural nacional inamovible. La historia del exilio
de este gran músico compatriota, muy pronto tendríamos revelada, con la
importante producción cinematográfica emprendida por un joven y comprometido
comunicador compatriota. El caso de José Asunción Flores fue también doloroso y
terrible. Hasta después de muerto hubo oposición a la repatriación de sus
cenizas. Finalmente después de mucho cabildeo esas cenizas están entre
nosotros, pero a mi parecer las tenemos un poco olvidadas. Es probable que
muchos conciudadanos no sepan donde reposan y hasta es posible que ese lugar de
su reposo esté un poco descuidado. Será bueno que el altar de su memoria sea un
permanente lugar de homenaje para todas las generaciones de compatriotas,
porque la creación de la guarania, aportó un símbolo demasiado significativo a
la identidad nacional. He aquí algunas expresiones inspiradas por la
repatriación de sus cenizas:
A JOSE
ASUNCION FLORES.
Penetraste
en el alma de tu pueblo/hasta el misterio de lo arcano/para convertir en canto/
el dolor de
sus luchas y de sus sueños. José Asunción: Por fin regresas/ a la misma arcilla/
de tu valle perenne. Y desde la profundidad/ de los tiempos/ quién sabe si Manú/
te esté
aguardando/ con la rima de un verso todavía presente. /Temieron tanto tiempo
tus cenizas/
porque tu canto es rebeldía/ que habla de una estirpe/ por siempre indomeñable/.
Todavía temblarán los poderosos/ porque no pudieron acallar el germen de tu
canto/. De ese canto bello/ que más allá del aguijón artero/con que intentaron
mancillarte/, proclama con fuego la esperanza/.Tu canto exalta la virtud
suprema/ del hombre y de su lucha que se hace inmenso/ como la humanidad
entera.
José Asunción
hay otras cenizas que quedaron tan afuera/ como las arenas del desierto/.
Tu traes no
obstante la raigambre redimida del sueño nuevo/ que se gesta en tus guaranias/.
Por fin José Asunción se aquietará tu alma/. Y mientras reposas en esta tierra
por tu canto bendecida/, resurgirá pujante la dignidad del presente y del
mañana.
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