SE NOS FUE EL TITIRITERO
Nació en Chile pero nadie pensaba que no era del
Paraguay. En su juventud comenzó a
recorrer países hasta que fortuitamente llegó al Paraguay para quedarse de
manera definitiva. Su nombre Héctor Armando García Castromán, más conocido como
Tito. La comunidad artística y cultural generó una cruzada de solidaridad en la
lucha por salvar su vida desde que sufriera serias quemaduras durante el
incendio de su casa/taller del día 9 de enero pasado. Ya no pudo recuperar su
voz desde entonces hasta el día de su muerte, en la madrugada del 26 de enero. La vigilia fue larga y el homenaje sincero.
Se le rindió tributo en el Teatro Municipal “Ignacio A. Pane” hasta donde
acudieron referentes nacionales del teatro, del cine, la danza y otras
disciplinas. No faltaron el llanto y la tristeza pero tampoco la alegría y los
espectáculos con mimos y murgas con los que se rindieron los honores al creador
de tantos títeres y espectáculos ofrecidos al escenario nacional. En el día del
accidente estuvo preparándose para una nueva actuación cuando de pronto estalló
el fuego y no pudo resistir el impulso de salvar a sus muñecos, sus entrañables
creaturas. Ese intento fue fatal para su vida. Ya nunca más pudo recuperarse.
Quizás el mejor homenaje que se le tributó fue el gran movimiento de
solidaridad que motivó su caso. Fue la respuesta de toda una comunidad
agradecida y motivada por tantos testimonios que identificaron su vida de
hombre y de artista. El diario “Ultima Hora” en su edición del día martes 27 de
enero del 2014, recogió el testimonio laudatorio de distinguidas
personalidades. “Era una lástima perder
a un artista como Tito. Era un tipo con mucha vida, alegre. Tenía cada
ocurrencia para poner contentos a quienes compartían el tiempo con él. Era una
caja de sorpresas divertidas” decía el actor Juan Carlos Cañete. “Tito era una
persona llena de ternura, como si fuera un niño grande” Luis Szarán, Director
de la OSCA (Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción). Por su parte la
actriz Ana María Imizcoz, decía de Tito lo siguiente: “Tenía una manera tan
inocente de acercarse al público infantil, una forma lúdica de esparcir ese
mundo fantástico que creó. Nos deja mensajes de amor, de dignidad, de paz,
libres de malicias” y concluyó con estas palabras: “Algo muy importante de
rescatar es que él estuvo tantos años en un trabajo sin necesidad de recurrir a
ninguna chabacanería. Su sentido del humor estaba cargado de humanidad” Qué
hermosos mensajes. Qué distinción justa para Tito. “Nunca tuvo que recurrir a
ninguna chabacanería”, su sentido del humor “estaba cargado de humanidad” Se
nos fue Tito. Se nos fue el titiritero, pero nos deja una herencia de alegría y
dignidad. Pero por sobre todo un mandato, el de luchar por el arte y la
cultura. Sobrellevamos un atraso de subvaloración de las expresiones culturales
y artísticas que ni siquiera tenemos la honestidad de reconocerlo y sin embargo
en ese campo está trazado el verdadero camino que nos arrancará del letargo y
la ineptitud ciudadana que tantos daños ya ha causado al país. Gracias Tito.
Paraguay te agradece por todo tu aporte.
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