REDES –
SOCIALIZANDO
El avance
de la tecnología de la comunicación y de la información abre un nuevo espacio
de infinitas posibilidades para el intercambio entre los seres humanos. Ya no
importa la distancia ni el tiempo, todo se acorta, todo se abrevia. Se habla de
plataformas y de direcciones digitales y la posibilidad de acceso a millones de
mensajes casi al instante. En las redes sociales encontramos amigos y
familiares, hacemos nuevas amistades, compartimos ideas, opiniones y
sentimientos. Podemos tener nuestra propia radio, nuestro propio periódico o
nuestra propia página. Elegimos y aceptamos amigos. Habemos de todo, los
críticos, los sarcásticos y los burlones. Los creativos, los burdos y los malos
imitadores. Cada uno va diseñando su muro y decide a quienes aceptarles o
excluirles. Algunos son monotemáticos y otros buenos pensadores. No faltan los
groseros o los de mal gusto. Los que ofenden y los que exaltan el perdón. Los
que tienen alguna creencia y los que se consideran ateos, librepensadores o agnósticos.
En realidad toda la fauna humana está presente, pero lo importante es que cada
uno puede ejercer su libertad plenamente y decidir con qué y con quienes
relacionarse. Bienvenidas sean las redes sociales. Pero hay también disidentes
y de alguna manera no dejan de tener razón. Algunas de esas críticas: “Se creen
los dueños de la verdad y de la honra de las personas” Es cierto. Tienen su
parte de verdad. Las críticas, las burlas y el sarcasmo son muy duros. Pero los
internautas no disponen de impunidad. Sus publicaciones pueden servir de base
para incriminaciones y enjuiciamiento. No hace falta ninguna ley especial.
Rigen las mismas normas existentes para todas las publicaciones. Y hay que
estar atento con la ciber delincuencia. Y
¿qué pasa con el activismo de las redes sociales? Hasta ahora con las redes
sociales se ha logrado mejorar el control de las cosas públicas, pero mediante
su asociación con otros tipos de movimientos sociales, mediante las
movilizaciones, motivando a la ciudadanía a la presión y al scratch. Pero su
peso en la transformación democrática de los países ha sido mínimo, porque los
jóvenes revolucionarios de las redes sociales no salen a votar. “En el fondo
las redes sociales siguen estando presas de la lógica institucional de los
Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El poder político sabe que tiene el
mando para los cambios y la toma de decisión” (Omar Rincón, Director de la Maestría en Periodismo,
de la Universidad
de los Andes Colombia, según publicación del Diario Ultima Hora, del lunes 29
de mayo, 2014). Es decir su incidencia en la opinión pública sigue siendo
reducida. Casi todo el peso de las campañas electorales sigue estando en la
televisión, en la radio y en la prensa. Se necesita que las redes sociales se
asocien a los medios de comunicación para su incidencia en la opinión pública.
Se necesita que las redes sociales se fortalezcan como fuente de información
alternativa, porque la prensa comercial cada vez más se dedica a la
desinformación y manipulación haciéndole el juego a los intereses políticos y
económicos de turno. Debemos abogar
porque las redes sociales conserven su fuerza comunicativa y su incidencia en
el reencuentro universal. Y especialmente que los controles implementados por
los centros de poderes hegemónicos nunca consigan ahogar la fuerza de su
libertad.
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