DISPENDIOS
Y DISPENSARIOS.
El primer
gran desafío que tiene el gobierno no es la lucha contra la pobreza sino la
lucha contra la corrupción. Es que si la corrupción continúa socavando a las
instituciones del estado no importará mucho que se recaude más o se obtengan
ayudas de fuentes internacionales porque esos recursos terminarán siendo
desviados para engrosar los bolsillos de políticos y funcionarios corruptos.
Hay un montón de denuncias de robo y malversación de fondos destinados a la
ayuda de campesinos, a comunidades indígenas y a pequeños productores que
siguen impunes, mientras los destinatarios iniciales siguen en la más absoluta
carencia de los bienes mínimos necesarios para una vida digna. Existe una
cultura prebendaria y clientelista que subsiste, lamentablemente, con mucha
fuerza en nuestro medio. Estamos tan acostumbrados a esa práctica que hasta de
las miserias de nuestros conciudadanos que sufren penurias con la emergencia de
las inundaciones, se busca lucrar. En ese sentido hay una denuncia de desvíos
de víveres destinados a las víctimas de las inundaciones, en los que estarían
involucrados algunas unidades militares. Pero hay más en este tema de la ayuda
y asistencia a los damnificados. En fecha reciente fue inaugurado un
dispensario médico en una seccional colorada, equipado con ambulancia, con
medicamentos y personal médico. De por sí no estaría mal que una agrupación
política cuente con un dispensario para atender a sus afiliados y a las
personas en general que requieran de esos servicios. Pero con una condición:
Que sea realmente del partido y que cubra con sus recursos todos los gastos que
representa poner en funcionamiento el mencionado servicio. Lo que no nunca será correcto es que aquello
sea a costa del estado, con financiamiento del erario público, malversando el
impuesto de toda la ciudadanía. En estas condiciones contar con un dispensario,
por más buenas que sean las intenciones, sería un acto ilegal y abusivo, una
rémora reprochable de una práctica prebendaria que viene desde los tiempos de
la dictadura.
Hubo una
digna reacción de protesta de las organizaciones de las víctimas de las
inundaciones cuando la ayuda se quiso canalizar a través de las seccionales
coloradas y no a través de la
Secretaría de Emergencia Nacional como corresponde.
Pero en
materia de clientelismo y prebendas las cosas no paran. La organización “Poder
Ciudadano” a través de su representante la abogada Rosa Vachetta denunció el
pago indebido a los operadores de los partidos políticos comisionados desde la Justicia Electoral.
Señaló que es un acto ilegal porque este tipo de comisionamiento no está
previsto en la Ley
de la Función
Pública. Se debe cortar este pago indebido que representa la
erogación de miles de millones de
guaraníes al estado paraguayo. Que los
partidos políticos paguen a sus operadores con los fondos que ya tienen a su
favor – también injustificadamente- que suman 73 mil millones de las elecciones
pasadas, a los que todavía deben sumarse los fondos anuales por aporte estatal.
Estos
hechos deben interpelarnos seriamente y por sobre todo avergonzarnos porque mientras se desvían y
malversan los escasos recursos disponibles, se sigue condenando a cientos de
miles de compatriotas a chapotear en la miseria en sus precarios asentamientos.
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