VASALLAJE
DE LA DESCULTURA
Le
cambiaron el nombre a la televisión pública, ahora la llaman “Canal estatal
Paraguay TV” Aparentemente a sus directivos actuales, o las directivas que se
imparten desde arriba, lo de canal público, suena más a compromiso y participación
de la gente, a la apropiación de la gente del medio. Bajo ese signo había
nacido este canal y bajo ese signo debería seguir. Podría darse el cambio de
nombre, como se ha dado, pero no debería desvirtuarse su naturaleza de estatal,
medios del estado paraguayo, y no depender simplemente del gobierno de turno.
Esa es la tentación a la que se debe resistir hasta donde se pueda. Alguna vez
debe plantearse en serio que los medios públicos y estatales no dependan del
Poder Ejecutivo, sino que sean autónomos,
con presupuesto propio aprobado por el Parlamento, y que funcionen bajo
la supervisión del Ministerio de Cultura.
Por de
pronto lo que se debe pretender es potenciar cada vez más la televisión y los
medios públicos o estatales. En ese sentido ha sido una buena noticia el
acuerdo suscrito con una de las telefonías y los cableoperadores para que la
señal de Paraguay TV llegue a todo el país. Cabe desear que mejore cada vez más
sus servicios informativos y los programas culturales. Y que especialmente
mejoren los programas de fines de semanas, porque las programaciones de la
televisión comercial están cada vez más insoportables. A este respecto,
recurriendo a material de archivo, rescatamos lo que había expresado en una
charla, el laureado escritor nacional Augusto Roa Bastos: “La televisión ha
convertido a nuestras sociedades en vasallas desculturizadas de este poderoso
instrumento de comunicación que ha desvirtuado sus objetivos esenciales de
formación, información y elevación cultural. La pantalla chica se ha convertido
en el protagonista todopoderoso, en el rector incontestable de la vida
familiar. Las familias son constantemente bombardeadas por violencia, crimen,
degradación de las costumbres y erotismo. Arrasan la sensibilidad de los niños
por los mecanismos de repetición, imitación e inducción y promueven la avidez
morbosa de emular a los héroes de los folletones televisivos. Los horarios
adecuados, entre comillas, para adultos y niños son una coartada hipócrita e
inútil” concluyó. Nadie dimensiona el
daño de este bombardeo. Hay que aturdir de cualquier manera. A nadie importa la
elevación cultural y la conciencia crítica de las personas. Manteniéndolas a
oscuras y aturdidas siempre será más fácil masificarlas e instrumentarlas al
servicio de los sectores predominantes.
Los medios
públicos no deben caer en el mismo juego. Deben estar al servicio de la gente,
siendo realmente una alternativa. La ciudadanía no puede financiar con sus
impuestos a medios de comunicación que se presten a la manipulación y al
vasallaje. La sociedad está en total desventaja respecto al predominio de los
medios comerciales, pero por eso mismo, debe luchar con toda la fuerza a su
alcance por la vigencia de la comunicación alternativa. Por la vigencia y
potenciación de los medios públicos y comunitarios.
Ladislao, en todo de acuerdo menos en lo de la dependencia del Ministerio de Cultura... que no es sino el Poder Ejecutivo en un sector. La BBC de Londre tiene un órgano de gobierno que no depende del Gobierno, valga la redundancia. No sé cómo lo constituyen, pero creo que interviene el Parlamento y se exigen mayorías tales para los nombramientos que no tienen más remedio que echar mano de personas independientes que satisfagan a todos... y creo que tienen un período de mandato que no coincide con el de los parlamentarios. En fin, hay fórmulas, pero en este caso "en todas partes cuecen habas".
ResponderEliminarUn saludo cordial.