UN POCO DE
LIDERAZGO.
Cuando se
le preguntaba a John C. Maxwell durante sus conferencias si los líderes nacen,
respondía: “Sí, claro que nacen… no he hallado uno que haya venido al mundo de
otra manera”. Luego de la risa que aquello provocaba, se aclara que en realidad la
verdadera pregunta debe ser si el liderazgo es algo que una persona posee o no de
manera natural, a lo que nuestro autor responde que, "si bien es cierto que
algunas cuentan con más dotes naturales que otras, la capacidad de dirigir es realmente un conjunto de habilidades y casi todas ellas pueden aprenderse y
mejorarse”. El liderazgo es influencia,
y en ese sentido toda persona trata usualmente de influir, cuando menos, en otras cuatro personas. En un mundo que se
basa en las relaciones interpersonales resulta muy importante que cada uno
reflexionemos sobre cómo influimos, qué cualidades tenemos y cuáles son
nuestras carencias. Las respuestas a estas cuestiones pueden cambiar nuestra
perspectiva de crecimiento personal en lo social y en lo profesional.
Algunas
cuestiones a tener en cuenta para crecer y avanzar. El autor del Libro “El ABC
del Liderazgo, de V&R Editoras, impreso en la Argentina”, en el que basamos este breve comentario, John C. Maxwell,
experto en liderazgo a nivel internacional, ofrece precisas indicaciones.
Dedica todo un capítulo a la autodisciplina al que nos introduce diciendo:
“Acuérdate que la primera persona a quién diriges eres tú mismo”. En ese
sentido, señala que toda persona que aspira a desarrollar su liderazgo debe
proponerse: 1) Desafiar sus excusas y eliminar toda tendencia a ponerse
excusas, 2) Suprimir las recompensas hasta terminar la tarea. En este punto
cita a otro autor, a Mike Delaney, quién afirma que “todo negocio o industria que
otorgue igual recompensa a los holgazanes y a los superactivos, tarde o
temprano, se encontrará con más holgazanes que superactivos” y 3) Concentrarse
en los resultados y en las recompensas que se persigue, porque concentrándose
en las dificultades lo más probable es que uno se desaliente. El otro aspecto
que destaca en su obra el autor que estamos mencionando es la capacidad de
establecer prioridades. En este punto habla del principio de Pareto que se basa
en la relación 20/80, lo que significa por ejemplo que el 80% del éxito de una
empresa se deberá al 20 % de las personas, o sea que el 20% de las personas tomarán
el 80% de las decisiones, es decir que del 20% de las prioridades dependerá el
80% de los resultados. La clave será
entonces identificar este 20% y dedicarle el 80% del tiempo. Naturalmente no se
puede abarcar las riquezas de sus planteamientos en tan breve comentario. Es
bueno también señalar que si bien el autor se concentra en el desarrollo del
liderazgo empresarial, sus principios pueden resultar válidos para el liderazgo
social. Y tenemos tantas necesidades de un auténtico liderazgo en nuestra
sociedad. Un liderazgo que se distinga del caudillismo criollo que utiliza su
capacidad para beneficiarse a sí mismo. Necesitamos muchos líderes auténticos
que nos muestren el camino y que dirijan nuestros esfuerzos
para arrebatar este país del dominio de una dirigencia política corrupta e
incapaz, causante de todas nuestras miserias y atrasos. Necesitamos de líderes que
se ocupen y se preocupen de las personas, que ayuden a crecer a sus dirigidos y
compañeros, para que se conviertan a su vez en otros líderes. Un liderazgo que
realmente se fije como objetivo fundamental la formación de los cuadros
dirigentes para promover la participación de toda la ciudadanía
en la gestión del bien común de la nación.
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