LÍDERES
MUNDIALES AL ALTAR.
Dos grandes
líderes mundiales serán proclamados santos en el día de mañana. Se trata de los
Pontífices Juan XXIII y Juan Pablo II.
Según el sociólogo de la religión Bernardo Barranco, con este acto el Papa
Francisco presenta el reconocimiento de dos modelos de Iglesia. En efecto Juan
XXIII, el Papa bueno y bonachón, campesino de raíces humildes, abrió la iglesia
al mundo para modernizarla, mientras que Juan Pablo II, es considerado el Papa
napoleónico eclesiástico, intransigente y enemigo del pensamiento teológico
libre, caracterizado por sus múltiples viajes por todo el mundo.
Está
previsto que presidan el acto el Papa Francisco conjuntamente con Benedicto
XVI, por lo que la ceremonia se ha dado
en denominar la de los cuatro Papas.
La
ceremonia contará con la presencia de centenares de miles de peregrinos
provenientes de los países de todos los continentes. Igualmente asistirán jefes
de gobiernos y altas personalidades convocados a través de invitaciones
especiales del Estado del Vaticano.
Millones de personas a su vez seguirán los detalles de la importante ceremonia
a través de las transmisiones televisivas que serán difundidas a partir de las
cuatro de la mañana, hora de nuestro país, del día domingo 27 de abril.
Esta celebración
tiene un significado especial para 1.200 millones de católicos del mundo pero
también para toda la comunidad internacional. Se trata de la exaltación de
grandes líderes mundiales. La preocupación y los mensajes de los Pontífices
están presentes en la historia de los pueblos. Por ejemplo, Paulo VI, en su
Encíclica Populorum Progresio, planteó la creación de un Fondo Internacional
proveniente de la reducción de los gastos del armamentismo para ayudar a los
países pobres. Mientras que Benedicto XVI, en su Encíclica Cáritas Veritatis,
ha llegado a plantear que los países ricos establezcan mayores porcentajes del
Producto Interno Bruto, destinados a la ayuda solidaria, para favorecer el
desarrollo de los países pobres. También en esa misma Encíclica planteó la
urgencia de la reforma de la ONU ,
que facilite la creación de “una nueva
arquitectura económica y financiera internacional” a fin de poner en práctica
el principio de la responsabilidad de proteger y dar también una voz eficaz en
las decisiones comunes a las naciones más pobres. Por su parte el Papa
Francisco, condenó el capitalismo
desenfrenado al que consideró como una nueva forma de tiranía. Condenó
igualmente la “cultura de lo desechable” que conduce a la “avaricia y a la
desigualdad generalizada”. Pidió con vehemencia a los líderes mundiales que
cambien su atención de ejercer el poder, por el de servir a sus pueblos.
No cabe
duda de que los actos y los mensajes de los Pontífices, importan e interesan a
todos los seres humanos, creyentes o no, porque se trata de importantes líderes
mundiales que hablan e iluminan el camino de toda la humanidad.
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