Hoy se
cumple 50 días de la huelga de hambre de cinco de los detenidos por el caso
Curuguaty. Naturalmente la salud de los mismos está muy deteriorada y el
peligro de muerte o de lesión irreversible está muy presente. Esta mañana sus
defensores y CODHUPY, Comité de Defensa de los Derechos Humanos del Paraguay,
propiciaron una conferencia de prensa para informar sobre el estado del proceso
y la situación en que se encuentran estos hermanos detenidos en huelga de
hambre. En la ocasión informaron que en la fecha fue presentada ante el Juzgado
de Saltos del Guairá, jurisdicción en la que se tramita esta causa, el
otorgamiento de la prisión domiciliaria, que permitiría salvar la vida de los
huelguistas. ¿Cuánto tiempo tardará el juez en expedirse? ¿Concederá o no la
prisión domiciliaria? Es una lucha de incertidumbre, para los familiares, los
defensores y toda la ciudadanía.
El título de
este comentario es un parafraseo del título en español del libro “La Ley me quiere muerto” de Caryl
Chessman, reo norteamericano que se hizo famoso en los años sesenta, que vivió
y luchó por su vida durante 12 años (1948 – 1960) entre la sentencia y su
ejecución, en el Pabellón de la muerte de la Prisión de San Quintín. Ejerció su propia defensa
y su caso y los cuatro libros que llegó a publicar motivaron opiniones y
controversias en la historia de la aplicación de la pena de muerte en los
EE.UU. Se dieron algunas irregularidades en su proceso y nunca se pudo
confirmar plenamente su culpabilidad. “Era la época en que se imponían las
confesiones extraídas por la propia policía” “No fue ejecutado por sus crímenes
sino por la incomodidad que causó a los Estados Unidos” afirman unos analistas
de este caso (Opera Mundi-Magzin.Com). Estos dos últimos comentarios guardan
cierta relación con el caso de Curuguaty. La acusación está basada en la
versión de un fiscal predeterminado a cerrar el caso con la sentencia de la
culpabilidad y por otra parte, si son declarados culpables, o algunos de ellos
llegan a fallecer, no será por sus crímenes sino por las molestias que causan
al statu quo del poder político y económico que rige en nuestro país. El caso
de Marina Kué, no es un caso aislado, afirmó en un reciente panel realizado en la Universidad Católica
el abogado representante de CODHEUPY, Hugo Valiente; responde al mismo esquema
de dominación y explotación de la tierra en nuestro país que ya ha costado en
la era democrática más de 115 muertes de dirigentes campesinos. Para este
proyecto de la agricultura empresarial, los asentamientos campesinos molestan y
tienen que desaparecer. Por su parte, en el mismo acto mencionado, el Prof.
Jorge Lara Castro, manifestó que todo esto constituye un proyecto de
neocolonialismo, que requiere de sus propios jueces y fiscales, de sus propios
agentes de policía, y de sus propios políticos y abogados que defiendan la causa de dominación.
Señores del
poder político, señores del poder judicial. El juez de Salto del Guairá, está
esperando instrucción de ustedes. Cambiar la prisión penitenciaria por prisión
domiciliaria, aunque sea por razones humanitarias, no significará una debilidad
del poder de ustedes. No conviertan este caso en una tragedia cuya consecuencia
es impredecible. El miserable caso de Marina Kue, no amerita ninguna muerte más
de ningún compatriota.
Comentarios
Publicar un comentario