PARAGUAY PARALELO
Grave denuncia del
Titular de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) Luis Rojas, respecto a la
forma en que el prófugo de la justicia Denilson Sánchez, se candidató a la
Intendencia de la fronteriza ciudad de Capitán Bado, Amambay, ganó la elección
y prestó juramento como nuevo titular de la mencionada comuna sin dejar en
ningún momento de ser un fugitivo de la justicia, burlándose de las fuerzas
policiales, de las autoridades locales y al final de toda la ciudadanía.
“Es un grave mensaje que se da al país porque supone aceptar la existencia de
un Paraguay paralelo, dominado por la mafia” expresó el destacado funcionario. Se refiere a la existencia de otro poder
que se instala en el país que no respeta a las autoridades y a las leyes de la
República, que ejercita su propio poder e impone sus reglas de juego. La idea
del paralelismo es que ambos poderes coexisten y transitan por caminos diferentes. Uno de los poderes es
el que proclama la vigencia del derecho
y la justicia y el otro poder es el que transita por caminos torcidos, violenta
la ley, compra protecciones de jueces y fiscales y saca del camino a los que se
opongan a sus designios. En la medida en
que son debilitadas las instituciones de la República crece el poder de la
mafia y el narcotráfico. Ya no actúan amparados en la oscuridad, matan a plena
luz del día y frente a testigos a un periodista que se atrevió a denunciar sus
operaciones de narcotráfico, roban cargas de cocaína incautada de la propia
jefatura policial de Pedro Juan Caballero, o liberan una carga de marihuana
incautada por la Senad, por intermedio de una turba, con participación de
autoridades de la zona, en una colonia
en el norte del país. Sientan su reinado, diciendo con estos actos
“nosotros somos la ley” En el caso del Intendente de Capitán Bado también se
desafía a la ley. Es el submundo que se hace visible. Imputado por lavado de
dinero, presuntamente proveniente del narcotráfico, con orden de detención, se
candidata y gana las internas partidarias. Incomprensible.
Un imputado que está a disposición de la justicia puede ser candidato, pero un
prófugo no, porque es alguien que no se somete a la jurisdicción de la ley. A
un prófugo sus adherentes no lo pueden ocultar sin caer en complicidad. En
las fronteras se conocen todos; nadie puede dedicarse al narcotráfico sin el
padrinazgo de alguna de las bandas internacionales. Si alguno de ellos se lanza a la política, rompe el esquema
democrático, porque ya pueden estar de por medio, la coacción y la amenaza. Nuestro
intendente ex prófugo, ahora en la cárcel de Tacumbú, intentó una última
jugada: pidió la prisión domiciliaria en la misma municipalidad, para que de
esa manera pueda ejercer su cargo. Pero todavía no está dicha la última
palabra, es casi seguro que lo van a liberar antes de los 90 días – tiempo que
dura su permiso concedido por la Junta Municipal- porque es muy fuerte el apoyo
que recibe, es muy fuerte el poder paralelo que actúa e incide. Si a este poder no se combate en serio - si
aún tenemos tiempo - este ya no será un país con poder paralelo, sino un país
para lelos, porque esta situación se está tornando una locura que compromete
seriamente el presente y el futuro de la nación.
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