UN SALTO AL VACÍO
Para este lunes 4 de
enero anuncia la prosecución del juicio a los procesados por la masacre de
MarinaKue. Ya sabemos que se trata de un juicio muy forzado, porque todo apunta
hacia una condena de antemano, sin preocupación seria y responsable de la
investigación por parte de la Fiscalía de todo lo ocurrido en aquella
lamentable masacre, que causó la muerte de 6 policías y de ll campesinos.
Para la Fiscalía solamente interesa la muerte de los policías, para nada llegó
a investigar la ejecución a mansalva de los campesinos heridos que también
fueron denunciados. El proceso resulta
muy forzado por la pobreza de las pruebas presentadas por la Fiscalía para
sostener que los policías fueron muertos por los campesinos. Con las viejas
escopetas, algunas de ellas totalmente inservibles, jamás se podrá demostrar
procesalmente la culpabilidad de los campesinos acusados. La pregunta es,
¿quiénes realmente mataron a los policías? En realidad ninguna de las
acusaciones pueden ser sostenidas válidamente, como por ejemplo la invasión a
la propiedad privada, porque nunca Marinakue fue propiedad de la empresa
denunciante y también es muy dudosa la acusación de una asociación criminal en
base a unas anotaciones de un cuaderno que ya no existe. Este proceso ha tomado estado público nacional e internacionalmente.
Está en juego en este proceso la institucionalidad de la justicia paraguaya a
tal punto que una condena forzada significará un salto al vacío en su ya
desprestigiado historial. La ciudadanía reclama la nulidad del juicio y la
liberación total de las víctimas de Marinakue.
UN SALTO AL VACÍO
(En recordación de las victimas de Marinakue)
El lugar se había
convertido en hito, símbolo y silencio,
desde aquella
fatídica mañana
tan pródiga en sangre
profusa e inocente.
Seiscientos hombres con pertrechos y armamentos
rodearon con grito amenazante
a unos pocos hombres
y niños que solamente tenían como armas,
la coraza de una dignidad que bullía intensamente.
Aní pe kyhyje, ani ñanesarambi
(1)
Alentaba el que
parecía liderar el grupo
de no más de 60
campesinos.
Una bandera izada en
un mástil de madero
demarcaba soberana la
tierra reclamada.
“Mariñakue es de los
campesinos” rezaba a su vez un cartel improvisado
conformando el
escenario de aquel desigual enfrentamiento.
Vencer o morir,
vencer o morir lo mitá (2)
Gritaban los
labriegos aferrados a sus precarias escopetas
y los palos que
portaban más como un gesto de valor y resistencia.
Un helicóptero
sobrevolaba el escenario
dando indicaciones
para llevarse consigo
el misterio de tantas
muertes inocentes.
Y se tensó el momento.
Hasta que un seco
estampido marcó el inicio del infierno.
Las metrallas
repiquetearon incesantes
batíendo por igual a campesinos
y policías.
La estampida sin
rumbo marcó el desbande
ante la persecución que
se hizo tenaz y a mansalva,
y los heridos
localizados fueron cruelmente ejecutados.
La tierra se empapó
de sangre y de la noche se apoderó el silencio:
Acababa de consumarse
una historia miserable
sin vencedores ni
vencidos porque nadie puede ser héroe por la muerte de un hermano.
La parodia de un
juicio que pretende condenar de antemano
a las víctimas del
caso
resultará en un fracaso por la orfandad de
argumentos procesales.
Si no confirman la
inocencia de los campesinos procesados
significará otro
salto al vacío de la justicia paraguaya,
que de esta manera
una vez más tendrá que forzar una sentencia.
MarinaKue seguirá resonando en el tiempo
como una de las
grandes batallas de las luchas campesinas.
Y por los oscuros
contubernios quedará por siempre registrado
como el peor montaje
rufianesco contra la dignidad y la esperanza. (3)
(1)
No tengamos miedo, no debemos dispersarnos.
(2)
Vocablo que caracteriza a los compañeros del
grupo.
(3) Fuente: Libro: "Marinakue, entre la memoria y el silencio" de Adalberto Antúnez.
(3) Fuente: Libro: "Marinakue, entre la memoria y el silencio" de Adalberto Antúnez.
Ladislao Mello
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