DURO GOLPE A LA CREDIBILIDAD
CIUDADANA
La ciudadanía reaccionó conmocionada por el inoportuno y
desacertado cambio del Fiscal Adjunto de Delitos Económicos Carlos Aguirre
dispuesto en fecha reciente por el Fiscal General del Estado Francisco Javier
Díaz Verón. El efecto inmediato es el debilitamiento de la fuerza y la
capacidad de llevar adelante las investigaciones de los sospechados delitos
cometidos por destacados parlamentarios. El desafuero de los indiciados está en
proceso, pero hay que tener en cuenta que los procedimientos no concluyen con
el desafuero sino que se inician en cuanto a las imputaciones y las eventuales
sanciones que puedan determinar los jueces de las causas. El cambio – dice que
por rutina – del Fiscal Adjunto constituye un mensaje negativo tanto a los
jueces y fiscales como a la ciudadanía con respecto a la posibilidad de un
juicio justo y una sentencia justa para los investigados. Se hiere así la causa
del reclamo ciudadano formulado en multitudinarias manifestaciones cuando el Senado
denegó el desafuero del Senador Víctor Bogado, la causa de que ningún
ciudadano, cualquiera sea su cargo, puede ubicarse por encima de la ley. Si a
partir de este acto de la Fiscalía General ,
los jueces y fiscales que entienden en las causas, en adelante no actúan con
todo el rigor de la ley, y con todo el respaldo institucional que corresponde,
los investigados serán beneficiados con un privilegio indebido que igualmente
los colocará por encima de la ley con respecto a los demás ciudadanos. Esta
posible situación de impunidad y la sumisión y debilidad de la Fiscalía General
ante la presión política, distorsionan la justicia y debilitan la
institucionalidad de la República. Para
la ciudadanía esta es una afrenta grave y se prepara de nuevo para exigir el
fin de toda impunidad que distorsiona el sentido de la democracia y la vigencia
plena de la justicia en nuestro país.
“Una vez más, la sumisión y debilidad del Poder Judicial
averguenza al país. La decisión de cambiar al Fiscal Adjunto Carlos Arregui, expone
claramente el nivel de sumisión del Sistema de Justicia a la voluntad política
de turno” afirman representantes de 28 organizaciones de la sociedad civil en
su firme y rotundo comunicado (Diario Ultima Hora, pág 4 del 8 de marzo 2014).
En el mismo documento denuncian la “ilegítima presión política motivada por
intereses partidarios y crematísticos” y acusan al Fiscal General de desoír
abiertamente el reclamo ciudadano. “Esta desacertada maniobra – sigue diciendo
– instala mayor desconfianza y desasosiego a causa de la embestida brutal de
quienes están detrás del poder por el poder, y que siguen guiando impunemente
los destinos de la justicia en el Paraguay”. El documento concluye afirmando
que: “Con la impunidad danzando entre nosotros, pierde el estado de derecho,
pierde la democracia y perdemos todos los paraguayos”. Ante este hecho y estos
hechos, la ciudadanía tiene un mensaje para las autoridades y dirigentes
políticos: Dejen de jugar con fuego y no abusen de la paciencia de la gente. En
la lectura de los signos de los tiempos hay que comprender que para la
ciudadanía ya resulta intolerable el privilegio de la injusticia y que ya no
puede detenerse la marcha institucional de la República.
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