LECCIONES DEL DÍA
DESPUÉS
Una gran jornada
cívica se vivió ayer en el país. La ciudad de Asunción, donde se centraba en
gran medida la atención de la ciudadanía sobre los resultados de las elecciones
municipales, volvió a recuperar su alegría y su bullicio. De nuevo la gente
salió a las calles para enarbolar sus banderas multicolores, con notorio
predominio de la enseña nacional, para celebrar la contundente victoria del
candidato opositor al frente de una coalición de partidos y movimientos. A
nivel país también la victoria se ha confirmado
en municipios emblemáticos con administraciones cuestionadas con varias
candidaturas que buscaban la reelección. Se
derrotó a la estructura partidaria del gobierno. Se derrotó al sistema
clientelista que desde hace mucho tiempo viene imponiendo un régimen de
prebendas. Como nunca antes los municipios vienen recibiendo recursos
extraordinarios provenientes de los royalties de las hidroeléctricas como así
también del Fondo Nacional de Desarrollo
(FONACIDE) lo que dio lugar a un gran festín generalizado con la mala
administración de estos recursos, con obras no realizadas pero facturadas, con
obras realizadas deficientes y sobre facturadas, con serias sospechas de
malversación de estos recursos y de serias lesiones de confianza. Lo más decepcionante no era la comisión de
faltas y delitos, sino la tenacidad empleada en los recursos judiciales, para
proteger a los candidatos sospechados de actos delictuales. Lo más
decepcionante es la impunidad que se trata de imponer a favor de los
sospechados desde las estructuras partidarias e incluso desde los estamentos
estatales, lo que ha generado el repudio generalizado de la ciudadanía. Por
todo ello, las elecciones municipales de ayer, 15 de noviembre del 2015, ha
dejado lecciones importantes que la clase política debería asimilar. 1) El pueblo está harto de los políticos
corruptos y mentirosos. 2) El pueblo aprendió a votar y a elegir. Ya no está
dispuesto a dejarse manejar por la prebenda del dinero fácil 3) Aprendió a
aplicar el voto castigo. Eso se vio claramente en los municipios de Lambaré,
Mariano Roque Alonso, Fernando de la Mora y Limpio, entre otros municipios 4)
Asumió la conciencia del poder y la dignidad del voto. Lo demostró imponiendo
la alternancia por primera vez en algunos municipios emblemáticos como
Encarnación y Caacupe 5) El electorado ya no es presa fácil de la manipulación
que buscan imponer los medios de
comunicación a través sistema de boca de urnas y de las encuestas
amañadas. 6) Tiene capacidad para definir proyectos políticos y constituir
alianzas y concertaciones más allá de las estructuras partidarias que manejan
oportunistas de turno alejados de los
intereses y necesidades de la gente. 7) Y quizás la lección más importante es
que la ciudadanía ya no está dispuesta a tolerar la corrupción y el robo de los
bienes públicos. No cabe duda de que las elecciones municipales de ayer
abrieron un ventanal de esperanza y diseñaron una senda nueva que transitar. Es
decir “No todo está perdido” como dice la canción. El Paraguay no se calla, la
dignidad se recupera y tenemos la convicción de que sí podemos construir todos juntos un nuevo
país. Ese país que soñamos y nos merecemos.
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