EL DINERO, LA
ORGANIZACIÓN Y EL FRAUDE
El sistema electoral
paraguayo es cada vez más fraudulento respecto al control y manipulación de las
votaciones. El deterioro no se da precisamente al interior del Registro
Electoral, donde ha mejorado el manejo del Padrón y los electores y los
partidos políticos tienen acceso al mismo, por tratarse de un documento público.
El fraude en auge se da en el manejo o
manipulación del electorado. El primer lugar como factor preponderante para
acceder a un cargo electivo está la financiación. Cuesta mucho dinero ganar una elección que ningún
electo conseguiría recuperar con los honorarios normales del ejercicio del
cargo. Este hecho introduce como
condicionamiento la corrupción del sistema mismo. No importa todo lo que se gaste
para acceder al cargo porque eso después se recupera con el ejercicio corrupto
del cargo. Con los datos a la vista casi ningún municipio se salva de esta
falencia. Como la Justicia Electoral no tiene control sobre las fuentes de
financiación se deja abierto este camino del fraude. En la primera etapa,
en la fase pre-electoral, ya es abismal la diferencia entre uno y otro candidato
en la publicidad, en los materiales publicitarios, en el acceso a la prensa y
en las entrevistas a los candidatos en base a los mayores recursos disponibles.
En cuanto al día de las elecciones, el
día D, los recursos disponibles pueden ser decisivos. La primera pulseada se da
en el control y disponibilidad del transporte. Los transportistas negocian sus
servicios no solamente por la paga directa, sino también por promesas de
ventajas respecto a las irregularidades del servicio. Después están los
taxistas y los vehículos particulares que también son contratados. Además
está el manejo de los operadores, que reciben las pagas correspondientes. Estos
trabajan desde antes del día D. Conocen cada manzana de su barrio, y quienes
son votantes a favor o en contra. Controlan el padrón de cada mesa y saben
quiénes todavía no votaron para que se envíen transporte en su búsqueda. Hasta
esta parte se moviliza a mucha gente y ya se gasta un montón de recursos sin
entrar todavía en el fraude más generalizado que es la compra de votos. En la modalidad de compra de votos, no
solamente se utiliza el dinero contante, sino también chantajes (amenaza de
despidos de los cargos), promesas de cargos, u ofertas de beneficios diversos a
personas y grupos vecinales. Los operadores que actúan como caudillos o
caciques ya tienen de antemano los documentos de identidad de los pobladores de
asentamientos o incluso de comunidades indígenas y negocian la cantidad de
votos que manejan. Propiamente no tienen partidos, actúan en base al dinero
disponible. También proceden a la compra de cédulas por grupos familiares o
vecinales. ¿Cómo controlan las
votaciones de los votos comprados o manejados? Primero por la fidelidad al
beneficio ya que cada uno recibe una paga. El sistema calesita: Consiguen de
antemano una boleta de mesa que ya marcado le entrega al votante que lo
deposita y se trae consigo la boleta de la mesa, sin marcar. Se utiliza cierta
semejanza del elector para utilizar la cédula de identidad de otra persona. Se
procura que acceda el elector con un teléfono celular que debe fotografiar su
voto para poder cobrar el 50% por ciento restante. En este tema la creatividad
es inagotable. En cuanto a las mesas de votaciones depende mucho de los
miembros representantes. Si el control
es deficiente se puede anular votos, se pueden adjudicar los votos en blanco y
otras cosas. El sistema del fraude está instalado. Nadie es castigado por los
delitos electorales. El manejo de recursos legales y no legales incide en gran
medida en nuestro sistema electoral, a tal punto que está degenerando el
sistema democrático convirtiéndolo lastimosamente en un sistema plutocrático y
corrupto.
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