PROHIBIDO MORIR
¿Se puede establecer
por una ordenanza la prohibición de morir? Parecería que no existe la
posibilidad de otra respuesta que no sea la negativa. Sin embargo así habría
ocurrido en un pequeño pueblo italiano de Sellia, de la región de Calabria. Al
menos si tomamos en cuenta la información publicada en el diario Última Hora,
del día 7 de agosto pasado en la Sección “Curiosidades del mundo” El motivo de
la prohibición – siguiendo siempre a la misma publicación- fue evitar la
despoblación ya que los vecinos del mencionado poblado, en su mayoría, eran
ancianos. Más del 60% de la población superaba los 75 años. Los vecinos debían
preocuparse más por el cuidado de la salud a partir de la vigencia de la
ordenanza que según la advertencia del alcalde de aquella localidad no se trataba de una broma. Ante una información así tenemos el derecho
de mantenernos incrédulos y esbozar una simple sonrisa. Pero este caso, me
llevó a recordar una situación algo parecida, que nos ocurrió a mí y a mis
compañeros de promoción del bachillerato cuando nos dispusimos a celebrar el
cincuenta aniversario de nuestro egreso de la Escuela Nacional de Comercio de
la Ciudad de Concepción, la capital del Primer Departamento. Para preparar el acto del cincuenta
aniversario, nos reunimos un año antes. En esa ocasión, uno de nuestros
compañeros de nombre Andrés Rotela propuso establecer la prohibición de morir
en los siguientes 365 días que quedan. Naturalmente todos aplaudimos, todos
aprobamos. Lastimosamente Andrés, justamente Andrés, falleció unos meses antes
de nuestra fiesta. Otros compañeros también ya habían fallecidos, pero lo de
Andrés nos golpeó mucho más por aquella prohibición que había propuesto. En
el acto de la celebración con todos nuestros familiares recordamos los nombres
de cada uno de los que y de las que ya no están. El acto central fue la entrega
de un pergamino donde figuraban los nombres y las fotografías de todos los
compañeros y compañeras de la promoción 1962. El mensaje decía lo siguiente: Ellos han librado una buena batalla…Fueron
compañeros y compañeras que vivieron la alegría de su juventud con un gran
sentido de la solidaridad y compromiso y que forjaron juntos un sueño de lucha y esperanza, proyectando en el
transcurso del tiempo un mensaje de amistad, unidad y perseverancia que logró
forjar un vínculo fraternal permanente dejando como legado un valioso
testimonio de vida" Siempre es muy grato recordar los tiempos de la
juventud. Son tiempos en que se forja y se proyecta la personalidad y la perspectiva
de cada uno. Esta mirada hacia atrás nos permite valorar cuán importante ha
sido para cada uno de nosotros ese caminar fraterno de compromiso y lealtad. Ahora mirando a la distancia podemos
intentar comprender la propuesta del
alcalde del pequeño pueblo italiano o la del compañero Andrés en el sentido de
que la verdadera prohibición es olvidar la importancia de la convivencia ya sea
como vecinos, o como compañeros de una promoción, porque al final, lo que da
sentido a la vida es la dependencia que tenemos de la vecindad, del sueño o del
ideal que hemos compartido.
Comentarios
Publicar un comentario