SAINETES DE LA
POLÍTICA PARAGUAYA.
Es una lástima tener
que constatar hechos que humillan y denigran que se dan en la cotidianeidad de
nuestra política criolla. Y ni siquiera importa dentro de qué partidos se dan
esos hechos, porque al final, ofenden a todos. Lo que intentamos describir
podría resumirse con la palabra “sainete” no solamente como “Pieza dramática
jocosa y de carácter popular” como lo define el “Diccionario Universal
Larousse” sino en especial en su sentido figurativo: “Acontecimiento grotesco o
ridículo” Con esta breve introducción nos disponemos a presentar uno de los
hechos que motivan nuestro comentario. El
caso se da en la ciudad de Arroyos y Esteros, Departamento de Cordillera,
ubicada a 67 kilómetros de Asunción, con una población aproximada de unas
23.000 personas. El ex Intendente de la ciudad de nombre Gustavo Alfonso,
siendo prófugo de la justicia, pretende ser reelecto al frente de la comuna.
Tiene orden de captura desde el mes de mayo pasado conforme al proceso judicial
abierto por la imputación fiscal, donde se le acusa de malversación o
apropiación de la suma de 900 millones de guaraníes de los recursos
municipales, delito cometido según la denuncia, durante el ejercicio de su
cargo como Intendente de la ciudad mencionada. El Tribunal Electoral de la
Asociación Nacional Republicana oficializó de nuevo su candidatura, seguramente
procediendo de esa manera, porque el candidato solamente tiene orden de
captura, pero no sentencia firme. El Comisario de la jurisdicción policial,
asegura que no le puede detener, porque dice que no cuenta con el personal
suficiente para detenerlo. Mientras tanto los vecinos del municipio aseguran
que el tal Gustavo Alfonso realiza tranquilamente su campaña asistiendo a
reuniones de sus correligionarios. (Diario ABC, 2 de julio del 2015) Para la justicia continúa prófugo. Incumple
la ley, no se da por detenido, no se defiende de la grave acusación y lo más
probable es que vuelva a ser electo candidato, y no sería nada extraño que
incluso vuelva a ser el Intendente de la ciudad. No cabe
duda de que en estas condiciones esta candidatura humilla a sus conciudadanos,
a sus electores, porque teniendo tan grave acusación y orden de captura hace
caso omiso y tranquilamente se embarca en su campaña electoral. Humilla a la
Policía Nacional, al Comisario de la jurisdicción, que por algún poder de
protección no le detiene, y tiene que dar explicaciones ridículas y sin
sentido. Humilla a la Fiscalía y a todo el poder judicial, cuando cae en
desacato y actúa con tanta impunidad, paseándose a la vista de todos, embarcado
en su campaña de reelección. Humilla a la dirigencia partidaria, al menos a
la dirigencia seria, porque el partido tiene que soportar en su caso el hecho
de tener como uno de sus candidatos a un prófugo de la justicia. Humilla a la ciudadanía en general, porque
hechos como estos, sumados a otras tantas irregularidades y la corrupción
reinante, desacreditan aun más a toda la clase política nacional, sembrando de
dudas la calidad y la eficiencia de la gestión de gobierno de turno en un
momento en que realmente se necesita con urgencia la aplicación de los mejores planes y proyectos para superar
las situaciones de injusticia y de pobreza, que siguen comprometiendo
seriamente el futuro de esta nación.
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