54 AÑOS DESPUÉS
Un acto histórico
para el continente y el mundo: Cuba y Estados Unidos restablecen las relaciones
diplomáticas. La misma bandera, la tricolor roja, blanca y azul con una sola
estrella, guardada con tanto cariño y devoción,
arriada hace 54 años, volvió a ondear en el mismo mástil de la embajada cubana
en Washington. Es el triunfo del diálogo de la paz por encima de la
violencia y del fanatismo; triunfo del ideal de lucha por la justicia y la
libertad de los pueblos. El Canciller
Cubano que habló en el acto cumplido en la fecha recordó en su mensaje al
libertador José Martí que lanzó su proclama de independencia desde los Estados
Unidos, a igual que el joven Fidel Castro que desembarcó desde esa misma tierra
con su movimiento 26 de julio, para avanzar sobre la Habana, desde la Sierra
Maestra, para liberar a Cuba del miserable gobierno del Sargento Batista, que
había llegado a someter al país al más abyecto régimen de humillación y de
explotación. Pero tamaña osadía fue duramente castigada. Para el gran país
del norte era imposible aceptar que los líderes de una pequeña nación, de su
propio entorno y en la época más dura de la guerra fría, llegasen a declararse
socialistas o comunistas, lo que motivó la aplicación del más duro bloqueo
económico que todavía sigue vigente. Cuba
sobrevivió al bloqueo con mucho sacrificio de su población. Resistió una
invasión en la Bahía de los Cochinos y fue centro del incidente de los misiles
que puso en jaque la paz mundial al constituirse en uno de los peores momentos
de la crisis Ruso-norteamericana. Cuba resistió el bloqueo y el proceso
interno fue cambiando. Tuvo un gran avance en medicina y educación, y luego de
una primera etapa en que enviaba revolucionarios al mundo, cambió sus
contingentes por médicos y educadores. A
pesar de sus dificultades internas abrió las puertas de sus universidades para
jóvenes de todo el continente. Cuba está viviendo un momento especial de su
historia. Su lucha y la defensa de su autonomía tienen un gran significado para
América Latina y el Caribe. Un hecho que trasciende los prejuicios ideológicos.
Ha contribuido a una nueva conciencia latinoamericana. La lucha y la muerte del
Comandante Che Guevara, el médico argentino, que siendo revolucionario
triunfador y Ministro de Defensa de Cuba
dejó sus cargos y privilegios, para luchar y morir en las selvas bolivianas, constituyó para el continente un símbolo de
redención más allá de toda ideología. Todavía está pendiente para Cuba la
recuperación de Guantánamo, donde sigue instalada la cárcel más miserable del
mundo. La conciencia latinoamericana dio lugar a la creación de UNASUR, la
Unión de Naciones del Sur, que en gran medida sustituyó a la OEA, dejando casi marginados
a EE. UU. y Canadá. En este contexto,
volvió a ondear desde hoy la bandera de Cuba en su reabierta Embajada en
Washington. Una historia que tiene 54 años, pero que todavía continua. Y que
tendrá que continuar hasta que en todos nuestros países desaparezcan las
injusticias y la marginación que humillan y marginan a nuestros conciudadanos
más humildes. Es la misma gran bandera de la justicia y de la libertad que
necesita ser enarbolada, en cada uno de nuestros países, para cambiar el destino de nuestros pueblos.
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