LA AMENAZA DE LA BASURA.
Amenaza al país, amenaza al planeta. La pobreza, la falta de
tecnología de reciclaje y las imprevisiones e improvisaciones hacen que miles
de toneladas de desechos cada vez más signifiquen la posibilidad de naufragar
en un mar de basura con todo el daño medio ambiental que eso representa. Es increíble la cantidad de basura que llena
las calles de Asunción y las principales ciudades del país. Carecen de
vertederos suficientes y los días de lluvias se taponan los desaguaderos aumentando los niveles de inundación. Hay
quejas y plagueos, pero nadie hace nada. Las autoridades municipales se pasan
justificando su incapacidad. Hay reacciones tímidas que pasan, incluso
inadvertidas, como la reciente sanción del Parlamento Nacional de la Ley que
promueve la disminución del uso de bolsas de polietileno en los comercios de
nuestro país. Queda a cargo del Poder Ejecutivo su promulgación y la aplicación
de la misma. La disposición establece que las bolsas de polietileno entregadas
por supermercados, autoservicios,
almacenes y comercio en general sean progresivamente reemplazadas por otras confeccionadas con materiales
biodegradables alternativos no contaminantes y reutilizables. Esto obligará a
retornar a las bolsas de papel para reemplazar a las de polietileno. Hablando
de biodegradación hay que saber que las bolsas de plásticos tardan en
degradarse nada menos que l50 años. Mientras que las botellas de plásticos de
100 a 1000 años. También las pilas comunes tardan 1000 años para degradarse y
representan un peligro por el alto riesgo de contaminación por sus componentes
químicos. Actualmente aparece un nuevo peligro la basura tecnológica. “Millones
de celulares, cámaras digitales, computadoras, tabletas y demás artilugios
electrónicos acaban cada año en la basura común lo que supone un enorme peligro
para la salud y el medio ambiente advirtió recientemente la Organización de las
Naciones Unidas. Los residuos de estos dispositivos al filtrarse en la tierra
pueden contaminar el agua y generar enfermedades crónicas o envenenamiento”
(Mundo Digital ABC color, jueves 23 de abril de 2015) Según Greenpeace la basura electrónica llega
a sumar 60 millones de toneladas anualmente. Localmente no se cuenta aún con una
legislación que trate esta problemática y tampoco existe la tecnología de
centros de reciclaje de este tipo de residuos como los hay en otros países. La basura “normal” nuestra de cada día y de
cada calle, la basura tecnológica, la deforestación, la contaminación de los
ríos y el calentamiento global, amenazan al país y al planeta. Por algo un
astrofísico inglés vaticinó recientemente que la humanidad no sobrevivirá si no
huye al espacio. Tenemos que seguir investigando el espacio para el futuro de
la humanidad, dijo. No creo que vayamos a sobrevivir otros 1000 años si no
escapamos de nuestro frágil planeta, concluyó. Quizás podamos discrepar con
este científico vaticinador. Quizás, de
seguir así, no superemos los 500 años. De alguna manera son todavía unos buenos años,
pero por de pronto, podemos preguntarles a tantos intendentables que tenemos,
si tan siquiera son capaces de pensar, en algún eventual sistema de reciclaje
de nuestras basuras ciudadanas.
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