DE CHEVRON
A PHILLIP MORRIS
Un Tribunal Arbitral de la Haya desestimó la demanda
presentada por la Petrolera estadounidense CHEVRON III para evitar el pago de
una elevada suma a la que fuera condenada por la justicia ecuatoriana por daños
ambientales y sociales causados entre 1962 y 1990 en la Amazonía por la Texaco,
propiedad de la mencionada empresa. La información fue celebrada con júbilo por
las autoridades y el pueblo del Ecuador.
La decisión del Tribunal de la Haya significa – en primer lugar – el
reconocimiento de que las Cortes Ecuatorianas de Justicia constituyen foro adecuado
para conocer y resolver los reclamos de los demandantes. La demanda fue
planteada por cientos de indígenas y colonos de la Amazonía Ecuatoriana. Naturalmente la empresa demandada se resiste
a cumplir con la condena que le impone el pago de una elevada suma, 9.500
millones de dólares, alegando que el fallo fue producto de fraude apoyado por
el gobierno. Pero lo llamativo del caso es que, habiendo recurrido a este
Tribunal de la Haya la misma empresa estadounidense, ahora sostiene que su
fallo no es vinculante porque actuó sin tener competencia para entender en el
caso. También alegó que el acuerdo firmado con el estado ecuatoriano no
contemplaba ninguna indemnización, pero el Tribunal de la Haya también
desestimó este alegato por considerar que ello no anula el derecho a demandar
de los particulares afectados. No sabemos si la empresa condenada llegará a cumplir
la pena, pero independientemente a ello, se debe considerar un hecho histórico
que exista alguna posibilidad de plantear demandas por daños ambientales y
sociales y que las mismas eventualmente sean atendidas. Pero también resulta
histórica la otra demanda que otra empresa transnacional, la Phillip Morris,
plantea contra el Uruguay, por tener este país una de las mejores leyes
antitabaco del mundo. Sencillamente plantea que se anulen esas leyes, o partes
de ellas, por considerar que perjudican sus intereses económicos. La demanda
está planteada ante un Tribunal de los EE.UU. y se maneja la causa con mucho
hermetismo y según algunos comentarios de personas que manejan estos casos, la
tendencia del fallo sería favorable a la demanda. Esto significará que Uruguay,
un país soberano, sea castigado por defender la salud de sus conciudadanos. Ha
disminuido el consumo y ha bajado el índice de mortalidad por enfermedades
causadas por el tabaco en ese país, pero
eso no importa a la empresa que defiende
sus intereses económicos, aun a costa de la salud de la gente. De triunfar esta
demanda se abrirá la posibilidad de otros procesos contra otros países que
limiten o prohíban toda publicidad del tabaquismo. Hay una campaña de apoyo al
Uruguay por la organización Avaaz para
juntar un millón de firmas de personas que se oponen a esta demanda. El
propósito es tomar conciencia y generar la defensa ante una insólita situación,
creada por grandes empresas transnacionales que lanzan mortales ataques contra
derechos fundamentales de nuestros pueblos, como es el derecho a la salud.
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