Nadie podía
imaginarse. Ni los padres ni los vecinos ni los hermanos. Era una casa normal
de una familia tranquila que no llamaba la atención por ningún tipo de
desorden, griteríos o discusiones. Papá no estaba y mamá había servido la mesa
para que los chicos disfrutaran de la cena como lo vienen haciendo todos los
días. Eran tres hermanos, dos de ellos varones y gemelos de 13 años, y una
hermanita menor. Los gemelos discutían por algún motivo, como siempre ocurre
entre hermanos. Pero la tragedia estaba al acecho. En un momento dado, uno de
ellos tomó el cuchillo que le servía de utensillo y atacó a su hermano,
hiriéndole en el pecho. La escena siguiente sobrecogió de dolor y espanto. El
hermano atacante todavía con el cuchillo en mano lloraba amargamente cuando vio
a su hermano herido arrodillarse languidecido a su lado, sin poder explicarse
lo que había ocurrido.
Intentaron
auxiliar al herido pero ya llegó al hospital sin ningún signo de vida. El hecho
había ocurrido el martes 29 de julio pasado en el Barrio Concordia de la ciudad
de Mariano Roque Alonso y la información se publicó en el Diario Ultima Hora,
el día 31 de julio del presente año con este titular:”Un adolescente de 13 años
mata de una cuchillada a su hermano gemelo” ¿Cómo explicar un hecho así, si es
que existe alguna explicación? En este caso no hay drogas de por medio, tampoco
el patoterismo de las calles. Eran gemelos. Es decir eran tan dependientes uno
del otro en la forma de vestir y de comer, de la manera de estudiar y disfrutar
de las cosas. Probablemente recibían los
mismos obsequios porque cualquier diferencia podía causar disgusto al
otro. Los gemelos se buscan
permanentemente porque no pueden estar el uno sin el otro. Lo hecho, hecho
está. En primer lugar está el drama de los padres y familiares que tardarán en
aceptar y asimilar la tragedia. Pero es impensable el drama que vivirá el
hermano sobreviviente. No es imputable por ser menor, pero ¿cuándo y cómo podrá
olvidar lo que ha ocurrido? Será una sombra muy dura que le acompañará en su
vida y es posible que nunca encuentre una explicación y necesitará asistencia
profesional y acompañamiento muy cercano, casi de por vida.
¿Pero
porqué se da una situación así? ¿Por qué la violencia se da hasta el extremo de
destruir al otro? Antes había peleas entre familiares o entre amigos o vecinos,
pero la lucha entre los jóvenes tenía sus reglas, había consenso del juego
limpio. No era aceptable el uso de armas, ni de palos ni de patadas. Después
casi siempre quedaban otra vez como amigos. ¿De dónde viene esta violencia?
Desgraciadamente de la misma sociedad, del bombardeo inmisericorde de los
medios de comunicación, de la precarización educativa, de los juegos infantiles violentos, de la
desvalorización de la vida y del clima de tragedia que nos tensiona y agobia
todos los días. La agresión ha superado a todo intento de alegría o de
esperanza y ya no se puede mirar indiferente hacia otra parte, porque de alguna
manera, todos somos partícipes de tragedias como esta, tan dolorosa y tan
inexplicable, como la de los hermanos gemelos de Mariano Roque Alonso.
Comentarios
Publicar un comentario