EL RETORNO
DE LA INJURIA.
En realidad
nunca se ha ido del todo pero la acción injuriosa ha recrudecido de nuevo con
toda la fuerza de la barbarie en los últimos tiempos. El diccionario Larousse
define a la injuria como “expresión proferida o acción ejecutada en deshonra,
descrédito o menosprecio de otra persona” En este caso que comentamos los
menospreciados son nuestros hermanos indígenas de la comunidad avá guaraní de
Yapó, de Canindeyú. Ocurrió el martes pasado. Esta comunidad venía sosteniendo
un litigio jurídico por la posesión de sus tierras ante la demanda y la amenaza
de la empresa Laguna S. A. perteneciente a extranjeros (brasileños) dedicada,
cuando no, a la ganadería y producción de la soja. “Los indígenas, cuyos
ancestros ocupan el territorio desde 1900 según los registros, fueron llamados
a audiencia a 100
kilómetros del lugar, por la jueza Silvia Cuevas, quién
ordenó el desalojo en el mismo día y horario. En el hecho intervinieron bajo
anuencia fiscal peones de la estancia mencionada, que quemaron las chozas,
lugares sagrados y templos de la comunidad” Miguel H López, en su comentario:
“Estado, desalojo y terror” Diario Última Hora del 22 de mayo de 2014. En el mismo horario de la audiencia la jueza
ordenó el desalojo. Es una burla y un menosprecio lacerante. Por su parte la
responsable de la Pastoral Indígena ,
expresó: “Sentimos una gran impotencia ante el impresionante despliegue
policial, arrasaron con todo, quemaron
todos los enseres, dejaron cenizas en el lugar. Fue doloroso observar cómo la
policía se dejaba manejar por el capataz de la empresa quién dirigía el
operativo dando órdenes a la misma policía y a sus peones. Hay que limpiar el
terreno, insistía a cada rato. De qué soberanía podemos hablar cuando vemos que
personeros de empresa extranjera dictan órdenes a nuestra fuerza policial”
(Hermana Raquel Peralta, Responsable de la Pastoral Indígena ,
por Radio Fe y Alegría, del día jueves 22 de mayo, en el programa del Padre
Oliva). En el mismo programa y en la misma radio, la señora Mirta Barreto,
comenta el sentido de la “limpieza del lugar” porque los pobres y los indígenas
para este sector arrasador están asociados a la suciedad. Hay que limpiar de
pobres e indígenas los inmuebles para dejar lugar a la producción empresarial,
importa la ganancia y no los seres humanos. Señaló que no se puede desalojar
una comunidad indígena, el desalojo en este caso es “ilegal e inadmisible porque
implica una clara violación del marco legal, constitucional e internacional,
porque Paraguay ha firmado esos convenios, y una vez más se le responsabilizará
de este atropello” afirmó. Siguió
diciendo que: “los terratenientes se han envalentonado desde el último golpe de
estado, porque hace rato que no se desalojaba a comunidades indígenas, ni el
dictador ya se animaba a hacerlo, en los últimos tiempos de su gobierno. Esto
es un retroceso de 50 años” concluyó. Es un hecho miserable sin lugar a dudas.
Los avá guaraní están escondidos en los montes. Una vez más la corrupción
judicial deja su marca en un acto de injusticia grave e injuriosa. Una vez más queda
patente la ausencia de estado y la incapacidad del gobierno para imponer la
institucionalidad a favor del pueblo.
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