EL CARNAVAL
SIN TIEMPO.
La
ciudadanía seguirá siendo burlada. Todos los esfuerzos y las manifestaciones de
la sociedad civil en la búsqueda del desbloqueo de las listas sábanas no
tendrán incidencias, al menos para las próximas elecciones municipales. Los dos
partidos tradicionales ampliamente mayoritarios acordaron anular la ley del
desbloqueo o postergarla una vez más. No se plantearon las modificaciones de la
misma. Está al descubierto el juego a que apelaron desde un principio. Ante la
presión ciudadana, llegaron a aprobar una ley, que los mismos parlamentarios se
encargan ahora de descalificarla porque no va a desbloquear nada. Es
impracticable, dicen. En algún momento dijeron que se podría aplicar a nivel de
las internas, pero ahora ya se sacaron la máscara. En ninguna etapa y quizás
nunca con este parlamento.
En cuanto a
las internas simultáneas, es decir, que en un mismo día se realicen las
elecciones de todos los partidos políticos y movimientos para las candidaturas
de las próximas elecciones municipales, ya comienzan a descartarlas. Los
pretextos son insostenibles: Que no se tendrá la capacidad, que no hay locales
suficientes, que se podrán encontrar adeptos de partidos diferentes en un mismo
local de votación. En este tema no se sinceraron. El tema es que existen 900
mil ciudadanos con dos, tres y hasta cuatro afiliaciones que figuran en los
padrones partidarios. Por lo tanto podrán votar dos, tres o cuatro veces en
cada una de las internas. Nunca quisieron sanear los padrones partidarios. Estos
electores múltiples no son electores desinteresados, negocian sus votos al
mejor postor. El poder económico entra a tallar con todo. Se legaliza el
negociado y se desvirtúa la legitimidad de los candidatos o candidatas. Se
desvirtúa el sistema democrático. Los municipios serán administrados en un buen
porcentaje por atracadores y los
partidos seguirán asegurándoles el manto de la impunidad. El atraso está
asegurado por otro tiempo más.
El carnaval
continuará. Nuestro parlamento es como una Caja de Pandora. Acaba de aprobar
una dudosa ley de colegiatura. Quizás sea una reminiscencia del stronismo, que
llegó a establecer que para hablar por radio habría que tener un carnet de
Antelco entonces, hoy Copaco. Obliga al profesional a asociarse en
contravención del Art. 42 de la Constitución
Nacional , y crea un tribunal cuya decisión solamente podrá
ser recurrida ante la Sala Penal
de la Corte. Esta
ley así como está lo más probable es que sea vetada. Pero la cosa no para aquí.
Según el periodista Guido Rodríguez Alcalá en el Parlamento existe un proyecto
de ley para reglamentar el uso de los símbolos patrios, el Pabellón Nacional y
también la ejecución e interpretación del Himno Nacional. Propone para los
incumplidores, por ejemplo para los que canten mal el Himno, expulsión del país
si es extranjero, y pena carcelaria no menos de tres años, si es connacional.
Por lo tanto hay que tener cuidado para no desentonar. Por otra parte, el
debate en el Senado sobre la
Convención en contra de todo tipo de discriminación, dejó
mucho que desear por su bajísimo nivel. Todo esto nos hace recordar que siguen
vigentes los versos del poema “Reír llorando” del poeta mejicano Juan de Dios
Pesa, que en su última estrofa dice: “El carnaval del mundo engaña tanto, que
las risas son breves mascaradas. Aquí se aprende a reír con llantos, y también
a llorar con carcajadas”.
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