SUBMUNDO POLÍTICO II
Al intentar entender lo que realmente
ocurre en nuestro país corremos el riesgo de ser arrastrado por el pesimismo.
Pero aún así no deberíamos rehuir la responsabilidad de manifestar nuestro
punto de vista con total desinterés y con total honestidad.
En nuestro comentario anterior intentábamos describir – aún sin contar
con todos los datos necesarios – que nuestro país está ocupado por detentadores
de una estructura de poder político corrupto.
Este poder instrumenta para sus fines a los partidos políticos
existentes manejados desde hace un buen tiempo por una clase política mediocre
y prebendaría. No importa la ideología, la cuestión es mantener un estado de cosas que
impida que la administración del Estado se organice, se transparente y crezca
institucionalmente. El intento por
romper esta hegemonía con algunas medidas auspiciosas viene desde el gobierno
de Nicanor Duarte Frutos, siguió con
Fernando Lugo y ahora le toca el turno a Horacio Cartes. Nuevas leyes impositivas, transparencia de las informaciones públicas y
la incorporación de técnicos en el manejo de las finanzas del Estado, son
algunas de las medidas más conocidas.
Con el rechazo del proyecto de reelección por la vía de la enmienda
quedaron fuera Fernando Lugo y Horacio Cartes, casi con los mismos
argumentos y la misma estrategia. A
Fernando Lugo le armaron la masacre de Curuguaty que desembocó – con fuerte
apoyo de una prensa comprometida – en el juicio político exprés que concluyó en
su destitución. A Horacio Cartes, aparte de la manifestación y la quema del
congreso, le arman el ataque a la sede del Partido Liberal Radical Auténtico
que provocó la muerte de un joven compatriota.
A partir de ello, con fuerte
apoyo de la prensa comprometida, y un poco de presión internacional, se logra
apartarlo de su proyecto de enmienda. Recordamos
que el ataque a las sedes partidarias ya fue utilizado cuando la ciudadanía les
atacó con mucha fuerza a los parlamentarios que se opusieron al desbloqueo de
las listas sábanas. Nunca se supo
quiénes atacaron los locales partidarios de la ANR y del PLRA pero sirvió para
amenazar con la imputación a los líderes de aquel movimiento ciudadano con lo
que “senarratas y dipuchorros” consiguieron liberarse de aquella tremenda
presión. Ahora siguiendo con el objetivo de liberar el poder político de
los dirigentes partidarios el actual titular del Poder Ejecutivo intenta nominar
a un joven técnico para la candidatura presidencial. Las reacciones no se hicieron esperar. “No tiene trayectoria política”, “las bases
no le aceptarán”, argumentan los dirigentes partidarios que aspiran ocupar el
espacio cedido con el rechazo del proyecto de reelección vía enmienda. El
señor Cartes tendrá que trabajar mucho por esta joven candidatura si lo quiere
imponer, de lo contrario esta vez los
políticos partidarios impondrán sus candidatos y él y su proyecto político
pasarán a la historia. Hay que aclarar
de que aquí no se trata de apoyar o no al proyecto político del actual gobierno
sino de intentar romper ese bipartidismo cómplice y corrupto que viene
controlando nuestro proceso político, impidiendo que el país se sacuda y se
libere de un sistema perverso que se inició con la dictadura y nunca se ha ido
desde entonces. Hay que convencerse de
que la corrupción es la gran causa de nuestro atraso y que hay que atacar esta
lacra con todas sus causas y sus sostenedores, si realmente queremos cambiar definitivamente el destino de este
querido y gran país.
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