MONTAJE APARATOSO Y DECEPCIONANTE
Como buen titiritero el Consejo de la Magistratura montó un
espectáculo interesante en el proceso de selección de ternas para cubrir la
vacancia creada por la renuncia de un miembro de la Corte Suprema de
Justicia. Comenzó prometiendo
transparencia y ecuanimidad en una competencia abierta, participativa y justa.
El titular del Consejo concentró en si mismo las mejores expectativas y la
atención de la prensa y la ciudadanía. Habló de una nueva reglamentación que
aseguraba transparencia de todo el proceso y animó a competir a los mejores
juristas de nuestro medio en el concurso de selección de la terna más allá de
toda bandería política. También habló de un consejo de grandes figuras del
derecho paraguayo cuyos miembros también expresarán sus puntos de vistas aunque
en realidad sus recomendaciones no serían vinculantes. Animó a la participación
de la ciudadanía a la que invitó a elevar sus denuncias sobre cualquiera de los
51 candidatos inscriptos y tomar parte en las prolongadas audiencias públicas.
También fueron sometidos a complicados test de aptitud e idoneidad ¡Qué buen
montaje! Se nos engañó a todos. Nos hizo creer que por fin estábamos iniciando
verdaderamente el tan esperado proceso de transformación del Poder Judicial, un
poder seriamente cuestionado actualmente por la ciudadanía, debido a seria
sospecha de corrupción y venalidad. Pero al bajarse el telón con la aparición
de los integrantes de la terna se fue despejando el panorama de la decepción.
Casualmente los ternados pertenecían a un solo partido y casualmente del mismo
partido que correspondía al renunciante. Serán muy probos, muy capaces, muy
merecedores pero había sido que el cuoteo político sigue firme ¿Para qué se les torturó y de alguna manera
hasta se les humilló a candidatos que no respondían a la filiación política
condicionante? Esto está muy cercano a un tratamiento irrespetuoso. Ante las
primeras objeciones algunos políticos salieron a decir, y ¿Qué esperaban? El
cuoteo sigue firme. Uno de los que se presentaron a concurso, el ex juez Jorge
Bogarín González, manifestó estar “decepcionado por la forma en que se
selecciona a los postulantes porque de nuevo se aplicó fielmente la regla del
cupo político. Nunca habrá independencia del Poder Judicial mientras se recurra
a la regla del cuoteo político. Esta práctica es maliciosa y no traerá la
independencia del Poder Judicial ni la reforma que la ciudadanía espera” (Diario
Última Hora, viernes 6 de marzo del 2015) Es una lástima pero
lamentablemente la esperanza de una
verdadera reforma judicial sigue en el terreno de la ingenuidad. Los partidos
tradicionales que pactaron el cuoteo no pueden arriesgarse a tener una justicia
independiente. Ambos tienen prominentes partidarios que tienen cuenta con la justicia que podrían parar en la cárcel dentro de un sistema judicial independiente. Hay
que reconocer que todavía no se tiene la madurez y la responsabilidad para
reconocer que el sometimiento de la justicia es un mal que socava y compromete seriamente la base fundamental de una sociedad libre y democrática. No sabemos por cuanto
tiempo, pero por el momento seguiremos sometidos lastimosamente al juego de los
titiriteros.
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