DIFÍCIL PRUEBA PARA UNASUR
Existe un montón de dudas en el ámbito internacional de lo
que verdaderamente significa la decisión del gobierno norteamericano que a
través de un decreto presidencial
califica a Venezuela “De una amenaza extraordinaria e inusual a la
seguridad y la política externa de los Estados Unidos” ¿Significaría esta
declaración la antesala de una intervención directa en los asuntos internos de
un país latinoamericano? ¿Es una advertencia al gobierno de Nicolás Maduro
respecto a las medidas internas que viene adoptando basado en supuestas
conspiraciones de golpe de estado? ¿Es una toma de posición a favor de los
opositores venezolanos en contra del gobierno chavista? ¿Qué efectos finalmente
tendrá esta declaración en la actual situación venezolana? Las declaraciones de
desaprobación de esta medida sorpresiva e inusual en la política exterior de
los EE.UU. respecto a países latinoamericanos no se hicieron esperar. “De
absolutamente inverosímil calificó el gobierno argentino que Venezuela o
cualquier otro país de Latinoamérica constituya una amenaza para la seguridad
nacional de los EE.UU” Por su parte
Rafael Correa de Ecuador, expresó: “Estemos o no de acuerdo con el gobierno de
Nicolás Maduro, por elemental dignidad, América Latina debe levantar su voz
unánime rechazando tanta prepotencia, tanto unilateralismo, tanto imperialismo.
¡Ya basta!”Por su parte el Presidente de Bolivia expresó que desea que el Presidente Barack Obama pida perdón a
Venezuela por el Decreto publicado. Mientras que la Cancillería de Rusia, como
en los viejos tiempos de la guerra fría, expresó: “Advertimos con preocupación
el aumento de las tendencias negativas y
de la situación desestabilizadora de la República Bolivariana de Venezuela que
está unida a Rusia por estrechos lazos de amistad y asociación estratégica. El
agresivo aumento de las presiones políticas y sancionadoras sobre Caracas por
parte de Washington disiente de muchos miembros de la comunidad internacional
que abogan por la búsqueda de soluciones constructivas para los problemas
internos de Venezuela” y concluye diciendo: “Confirmamos nuestra firme
solidaridad con el pueblo de Venezuela y sus dirigentes elegidos legalmente y
nuestro decidido rechazo a cualquier tipo de acciones violentas y golpe de
estado como método para desbancar a gobiernos legítimos de estados soberanos”. De manera urgente se reunieron este sábado en
Quito los doce cancilleres en sesión extraordinaria, con el objetivo de acordar
una decisión común frente a la decisión de Washington de calificar a Venezuela
como un problema para su seguridad. Al
final de tres horas de reunión, el Canciller de Uruguay, país que ostenta la
Presidencia Pro Témpore de UNASUR, manifestó el rechazo de toda la región a la
sentencia de Barack Obama sobre Venezuela. El comunicado menciona que la
actitud estadounidense constituye una “amenaza injerencista a la soberanía y al
principio de no intervención en los asuntos internos de los estados” Pero
además de las declaraciones diplomáticas de denuncias y rechazos, será
necesario que la UNASUR ayude a Venezuela a encontrar una salida política y por
sobre todo económica, en base a la solidaridad tan proclamada en el ámbito de
esta entidad continental. La creación de las condiciones a través de las crisis
económicas y comunicacionales es una metodología de las fuerzas regresivas que
hasta ahora ha costado los golpes de estado en Honduras y Paraguay, plantea un
buen desafío a la Unión de las Naciones del Sur en el afán de afianzar la
identidad y la soberanía de los pueblos latinoamericanos. ¿Podrá la organización continental salir de
manera airosa de esta prueba? Esa es la pregunta a la que se necesita responder
en esta difícil coyuntura en que se encuentra la nación venezolana.
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