CANTOS DE
JUVENTUD.
Llegó
setiembre, el mes más hermoso del año en esta parte del hemisferio. Junto a la
eclosión de las flores y el verdor de los campos, también el sentimiento
encuentra su cauce de inspiración en la ternura joven asimilando la bella estación
con el cántico de la vida. Acabo de leer una nota de César González Páez, en el
Correo Semanal del Diario Última Hora de hoy sábado 6 de setiembre del 2014, sobre Jacobo Rauskin, el poeta que lanza en
breve su propia antología poética, con motivo de celebrar 50 años de su primer
libro (Oda 1964), del que rescato primero, su preferencia por el género poético
respecto a la novela o la narrativa corta, y segundo, su expresión de que el se
dedica al “arte del significado, escribo indistintamente en las formas
tradicionales, en verso libre o en prosa. Trato de encontrar la emoción que
vive en la palabra…” Este recuento de Rauskin, me inspiró para hurgar en el
archivo de los sueños de juventud, versos que quedaron en el silencio, cuyos
fuegos nunca fueron apagados del todo. En algún rincón del alma todos tenemos
un sueño encendido que vuelve a llamear con cada ternura, o con el trepidar de
flores de cada setiembre.
QUIERO SER
TU PRIMAVERA.
Deseo ser
de ti,
sentirme en
tu misma piel
y compartir
tus alegrías.
Jugar con
tus locuras
o
aquietar tus impaciencias.
Ser contigo
la síntesis
de todas las edades
haciendo
mío
tu corazón
latiendo las mismas emociones.
O hacer mía
tu mirada
y perderme
en la distancia
de tus
mismos horizontes.
Quiero ser
contigo
un poema
cuyos
versos
no conozcan
de nostalgias.
Quiero ser
tu pensamiento,
tus sueños
y tus
ansias.
Quiero ser
tu afán y tu fuerza,
tu rebeldía
y tu lucha,
tu ideal y
tu tiempo.
Quiero ser
tu voz y tu
esperanza
hasta
convertirse
por siempre
en tu
eterna y secreta primavera.
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