LA REBELDÍA NECESARIA.
Necesitamos tanto de la rebeldía de nuestra juventud. Esa fuerza que se canaliza en torrentes de
sueños e ideales que busca romper los diques levantados por los que no quieren
que nada cambie. Juegan al gran juego de mantener a los jóvenes dominados y cada
vez más despersonalizados. Les aturden con un bombardeo incesante del placer y
de la moda para que en lo posible no piensen ni un instante. Todo es para
ahora. El mañana no existe ni vale la pena dedicarle ningún esfuerzo. Todos los
días son sábados y todos los sábados son para la música y la movida. Los padres están ausentes y se han puesto de
moda las niñeras electrónicas. La distracción es lo máximo. Cada vez se escribe con menos abecedarios y
los signos y los símbolos reemplazan a las palabras. Las escuelas y colegios no
les dicen nada porque la educación mediocre y deficiente les atosiga. Carecen
de modelos y los que existen solo se dedican a la deshonra. Se aturden en el ruido y también en la
velocidad. El vértigo es el gran desafío sin importar que las pruebas conduzcan
a la muerte. Pero como dice la canción “no todo está perdido” porque todavía
tenemos muchos jóvenes dispuestos a entregar el corazón por las cosas bellas y
justas. Jóvenes que no han perdido la rebeldía y se mantienen silenciosos y
expectantes en las grandes trincheras de la vida. Se necesita una gran política
para alentar a nuestros jóvenes para que ellos se hagan presentes en el
quehacer de nuestra sociedad. Con el arte, con la música y con los compromisos
sociales se puede crear el clima de sus presencias activas. Debemos creer en
ellos, debemos confiar en ellos, porque son los únicos que podrán revertir este
desgraciado proceso de corrupción, hipocresía y banalidad de la que está
enferma y empotrada nuestra sociedad actual. Pensando en los jóvenes transcribo
estos versos:
¿NO TE HIERVE LA SANGRE HERMANO?
Tantos sueños preteridos.
Tanto dolor con el sarcasmo
de la justicia postergada
y de la burla enmudecida en la garganta
que impiden que tus
anhelos más preciados
afloren en tu frente.
¿No te hierve la sangre hermano?
Cuando te dicen que tú eres el presente
pero te cierran los caminos
que conducen a la participación creciente.
Y se te niega el derecho a un trabajo digno
porque otros te han robado
la oportunidad de ser alguien.
¿No te hierve la sangre hermano?
Cuando con la mentira cotidiana
con imágenes y voces, de mil formas y mil maneras,
buscan dominarte empujándote a ser nadie.
Son las mismas voces que acallan las miserias
y silencian tantas
muertes alevosas
de los que intentaron gritar sus rebeldías.
¿No te hierve la sangre hermano?
Cuando te hablan de supuestos patriotismos
envileciéndo los himnos más solemnes,
con los acordes de sus cobardes latrocinios
que intentan ocultar con cada verso.
Deja que tu sangre fluya ante cada silencio que intenten
imponerte.
Lucha y hazte fuerte para que el oprobio no te gane,
Porque de tu lucha y
de tu temple dependerá por siempre
que esta patria se
haga grande.
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