EL COMPROMISO DE CAMBIAR
La masacre
del político Magdaleno Silva, de uno de sus hijos y de otras dos personas, en la
localidad de Yby Yau, Departamento de Concepción, sacudió el ambiente político
nacional al poner de nuevo en evidencia la fuerza y el poder de los
narcotraficantes. Las reacciones no se hicieron esperar. En primer término en
todo lo que se refiera a determinar y aprehender a los responsables morales y
materiales del tremendo crimen cometido a plena luz del día, en un barrio
céntrico de la mencionada localidad. Llama la atención que el hecho ocurra en
la zona de influencia de las Fuerzas de Tareas Conjuntas, integradas por
policías y militares altamente pertrechados con un elevado costo operativo, y
que dos días después todavía ni siquiera se pudo localizar la camioneta utilizada por
los malvivientes. De alguna manera el atentado no era algo totalmente
inesperado, ya que en setiembre del año pasado ya se dio la primera tentativa
casi en similares condiciones. Es probable además que el acto se proyecte con
nuevos atentados, siendo que el hecho, como lo afirmó el propio Ministro del
Interior tiene toda la característica de un ajuste de cuenta entre bandas
criminales organizadas. En el ámbito político el hecho tiene lugar en un
momento de crispación dentro del internismo del partido del gobierno y las
acusaciones y las responsabilidades fueron parte del retruque entre los
adherentes de los dos grupos en pugna. En ese sentido, fue bastante expresiva
la declaración del propio Presidente del Congreso Nacional, Senador Liberal
Blas Llano, quién “considera necesario que como representante de un Poder del
Estado, se haga una lectura (del hecho) en el contexto de violencia que se vive
en el Paraguay” “Repudiamos enérgicamente este hecho – siguió diciendo – que
consideramos deleznable desde todo punto de vista y nos habilitan a expresar
que el Paraguay, nuestro país, nuestra república, nuestra nación, camina al
filo de una navaja” Insiste además el comunicado en que los organismos de
seguridad deberán tomar las medidas correspondientes para evitar que el “manto
de violencia siga acechando al país” Afirma más adelante que “necesitamos
recuperar de manera urgente nuestra capacidad de discernimiento para recuperar
nuestro estado de derecho, única herramienta para devolver la paz a todos los
ciudadanos cumplidores de la ley” “ Y si no encontramos caminos de
entendimiento racional entre los paraguayos, la crisis será más aguda y
explotará un volcán social incontrolable y entonces será demasiado tarde”
Concluyó. (Diario Última Hora, 6 de mayo 2015). Probablemente ya sea un poco
tarde. Demasiado tiempo se ha perdido en la irresponsabilidad política y el
daño causado es verdaderamente tremendo. Lo grave es que estas declaraciones no
estén planteadas con la convicción necesaria, y que pasado unos días, todo siga
igual porque nuestra clase política no está a la altura de la circunstancia, no
tiene la capacidad para tomar el toro por las astas, como para modificar las condiciones de la
vida política nacional y diseñar un futuro diferente para el país.
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