EL MILAGRO DE LA MÚSICA.
Hay que intentar mirar hacia adentro. Nos ayudará a
encontrarnos con nosotros mismos, a descubrir y a valorar obras e iniciativas
aparentemente pequeñas pero de mucha trascendencia. Pequeña por lo inadvertido,
porque nos aturden con el ruido y la multiforme arquitectura de las obras
materiales que nos presentan como los únicos ítems que identifican el
desarrollo. Pero a menudo las verdaderas
obras importantes, las que sustentan la identidad y la cultura, las que dimensionan
al ser humano en toda su magnitud, se deslizan en silencio. En este contexto
ubicamos la ciclópea obra del maestro Luis Zrarán. Su programa Sonidos de la Tierra se inició en
el año 2001 con el objetivo de lograr la integración comunitaria y social,
contribuir al desarrollo cultural y detectar los talentos artísticos para luego
orientarlos hacia un liderazgo especializado en interpretación, creación y
dirección musical. Un importante desafío. ¿Dónde están los talentos del futuro?
No olvidemos que el más grande creador de la música paraguaya, don José
Asunción Flores, surgió del humilde barrio de la Chacarita. Pero su obra tiene
el valor de ser una cruzada de esperanza, que ha llegado hasta los más remotos rincones
de la geografía patria, a lugares donde nadie podía imaginarse como la cárcel
de Jóvenes de Emboscada o la misma cárcel de Tacumbú, el mayor presidio del
país. De algún lado se consigue los primeros instrumentos y luego los provee la
fuerza de la iniciativa. Ha llegado a lugares, donde el miedo y el terror han
proyectado el desquicio y la desesperanza como ha sido el caso de la localidad
de Tacuatí, ubicada en el Departamento de San Pedro, a 40 kilómetros de la ciudad de Horqueta y a
330 kilómetros al norte de Asunción. La Revista del Diario ABC color, del
domingo 9 de noviembre del 2014, publica una amplia nota, bajo el título de
“Sonidos de Esperanza” sobre el caso de Tacuatí. “Con apenas 10 violines e
igual cantidad de guitarras para más de 300 niños que venían de distintos
puntos del distrito con ganas de hacer música o por lo menos de acariciar por
primera vez en sus vidas un instrumento musical, el sueño empezaba a hacerse
realidad” relata la nota. Los padres se organizaron y con ayuda de
benefactores, pudieron adquirir más instrumentos. La mencionada publicación
señala que en la actualidad un grupo de 13 integrantes iniciales, ya está en la
categoría de avanzados y varios de ellos ya se encargan de enseñar a los nuevos
iniciados. El número total de participantes ya supera los 80. La fama del grupo
ya traspasó las fronteras. Once de los integrantes, el año anterior, se
presentaron en Buenos Aires, en escenario como Luna Park y la Universidad de
Buenos Aires, junto a otros músicos de distintos países de la región. El
próximo viaje será a Chile. En Tacuatí, se venció al miedo a través de la
presencia de Sonidos de la Tierra. El sueño y la esperanza están intactos. La
música obró este milagro. ¿A cuántos niños y jóvenes se podrá llegar a nivel
país? ¿A diez mil? ¿A cien mil? No se
sabe, pero sí se sabe que la iniciativa del maestro Luis Zrarán, ya está en la
historia.
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