UN PROFETA A TODO TIEMPO
Es admirable el testimonio de lucha y
de entrega del sacerdote español Francisco de Paula Oliva, más conocido como
Paí Oliva. Expulsado del país en tiempo de la dictadura regresó a esta su
patria adoptiva para continuar su incansable prédica a favor de la justicia y
la solidaridad hacia sus hermanos humillados y empobrecidos a los que alienta y
acompaña como un verdadero profeta a todo tiempo.
Este destacado sacerdote jesuita con edad avanzada porque ya promedia la
década de los 90, no descansa y pocas veces se enferma. De lunes a sábado con su programa “Ríos de Palabras”
por la radio Fe y Alegría, inquiere, pregunta y dialoga sobre aquellos hechos
que impiden o retrasan la construcción del Reino del Señor entre nosotros. Vive
en el bañado y forma parte de esa comunidad y ha hecho suya la causa de los “bañadenses”
que claman y reclaman respeto a sus vidas y a sus derechos fundamentales. Lo recordamos a este sacerdote con motivo de
dos acontecimientos relevantes para la vida de la iglesia católica y para el
país. Uno de ellos, implica un
testimonio de lucha que ha durado cinco años: La masacre de Marinacué, en
Curuguaty, donde fallecieran el 15 de
junio de 2012, once campesinos y 6 policías, marcando un hito importante en la
lucha por la tenencia de la tierra de sus hermanos campesinos. Denunció con toda su fuerza que los
campesinos son inocentes de la acusación de ser partícipes y actores de la
muerte de los seis policías. Su lucha es
constante y decidida por la libertad de los 11 campesinos que fueron condenados
en primera y segunda instancia en base a una denuncia fiscal que nunca demostró
la responsabilidad de los imputados y condenados. La lucha sigue y se espera que la Corte Suprema de Justicia
reivindique a los condenados injustamente. El Padre Oliva considera que
finalmente triunfará la justicia, porque ya se ha ganado – dijo- la batalla en la consideración de la
ciudadanía. El otro acontecimiento, es el Congreso Eucarístico convocado por la
Arquidiócesis de Asunción que comienza mañana y se extenderá hasta el domingo.
A ese respecto el Padre Oliva propuso una participación más visible de los
hermanos más empobrecidos, teniendo en cuenta que “El mismo Jesús, presente en
la eucaristía, está presente en los pobres” No estuvo de acuerdo con los
organizadores que no aceptaron su propuesta porque dijeron que el Congreso
convocado era un acto estrictamente religioso sin connotación política.
Aparentemente, en el fondo no existió discordancia sino faltó quizás una mejor
comunicación. El Arzobispo manifestó que
“un Congreso Eucarístico es la reunión de los fieles cristianos, en adoración y
celebración festiva, para profundizar los contenidos bíblicos magisteriales de
la historia de la Iglesia y comprometer en aportar el amor de Cristo hacia los
demás” (Diario ABC Color, 11 de junio de 2017)
Es un llamado para encontrar a Jesús en los pobres, los oprimidos, los
sin tierras. La coherencia entre fe y vida debe generar en los cristianos un
compromiso con la justicia y la solidaridad.
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