DETERIORO INSTITUCIONAL
Hay que decir de frente y con toda
claridad: El deterioro institucional en algún momento nos causará daños a todos
y a cada uno y arrastrará a todo el país no sabemos hasta qué abismo. Y estamos hablando de todas las instituciones
públicas, desde las menos relevantes hasta las más encumbradas y con
proyecciones en toda la convivencia ciudadana. Será muy
difícil seleccionar y mencionar una institución que se esté fortaleciendo y siga
firme. Sin embargo si pretendemos hacer un listado de las que se están
deteriorando, una página será insuficiente.
Comenzando por los tres Poderes del Estado podemos decir que ninguno de ellos
está exento. Dentro del Poder Ejecutivo
están deterioradas instituciones tan importantes como las que conforman las
fuerzas de seguridad, las instituciones
educativas, los servicios de salud, los organismos recaudadores y de control,
el registro general de la propiedad, las universidades, las aduanas y varios de los ministerios. ¿Qué podemos decir de los órganos electorales, y de los
municipios y gobernaciones? En cuanto al Parlamento no se respetan las normas
legales y reglamentarias, no se aprueban las leyes que reclama la ciudadanía y
varios de sus miembros tienen cuentas pendientes con la justicia. Y a
propósito mencionamos en esta última parte al Poder Judicial. El deterioro de
este Poder es mucho más sensible porque de alguna manera dentro del mismo se
ponen en juego más directamente las
garantías individuales y la vigencia de los derechos fundamentales de las
personas. Dentro de este poder sobreviven la corrupción y la impunidad. La sensación de indefensión y la falta de
justicia deprimen y desalientan a la sociedad en general. En este momento 5 jóvenes compatriotas
pertenecientes al Partido Liberal Radical Auténtico están solicitando en el
Uruguay ser beneficiarios de la condición de asilados o refugiados aduciendo
las faltas de garantías para un juicio justo en el Paraguay donde están
imputados y procesados como supuestos responsables del asalto y quema del
Congreso del 31 de marzo pasado. El
debate está abierto. La Fiscalía pedirá la detención y extradición de los
mismos por disposición de un Juez de Garantía de nuestro país y que para que
proceda deberá ser también aceptada por
un Juzgado de la República del Uruguay. ¿Existen o no existen las garantías de un
juicio justo en nuestro país? La respuesta puede ser positiva o negativa. Pero la duda subsistirá por la situación de grave deterioro de nuestro
Poder Judicial. ¿Por qué se llegó a esta situación? ¿Hasta qué punto la misma
clase política contribuyó a este deterioro? Se manipuló el Consejo de la
Magistratura y la selección de los jueces y fiscales no ha sido por méritos profesionales sino por
favores políticos partidarios. Se
manipuló el Jurado de Magistrados Judiciales y desde allí se dirigió bajo
presión interesada las decisiones de fiscales y jueces. Si no hay coimas los procesos no avanzan. Las
sentencias responden en general al mejor postor o la mejor postora, o a la
jerarquía de padrinazgo. Lastimosamente esta es la justicia que
tenemos. Hay razones y fundamentos
suficientes para poner en duda la imparcialidad de los actos judiciales en
general. Si nos atenemos a esta realidad todos los imputados tendrían derecho a
reclamar asilo o refugio en otros países.
¿Cómo salir de esta situación? Esa es la gran pregunta que debemos
intentar responder todos juntos. Esta
situación nos seguirá acercando cada vez más a márgenes insostenibles de deterioro. De algún lado la ciudadanía deberá sacar
fuerza y decisión para revertir este desgraciado proceso que está destruyendo
gravemente la institucionalidad de la República.
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