LA LUCHA ANTI NARCO
Es lamentable que en
nuestro país se evidencie cada vez más la influencia en la sociedad y en la
política de la mafia de los narcotraficantes. Los violentos enfrentamientos en la fronteriza
ciudad de Pedro Juan Caballero entre grupos mafiosos que concluyeron con la
muerte de un capo mafioso local,
acentuaron esta realidad. Se considera que aquel operativo fue propiciado
por una de las bandas criminales del Brasil en una abierta lucha de poder y
dominio territorial. Quedó al descubierto en este caso, el poderío
de los bandos enfrentados en lo que respecta a las armas de guerra cuyo uso no
está permitido para civiles, que ingresaron al país y fueron utilizadas sin
control de las fuerzas públicas. Está claro que el dominio de la zona podrá
cambiar eventualmente de amo pero la mafia seguirá presente. Casi
coincidentemente se dio el caso de un operativo fallido de una brigada de la
Secretaría Nacional Antidrogas en zonas cercanas a la capital del país. Sus integrantes balearon una camioneta de un
conocido empresario que no había detenido la marcha, ocasionando la muerte de
una niña y graves heridas de un tío suyo. La acción de los antidrogas fue sumamente
violenta e irresponsable, que provocó con toda razón, la condena de la ciudadanía y la renuncia del
Titular de esa Secretaría. Los integrantes del desgraciado operativo fueron
imputados y guardan reclusión por mandato judicial. Estos dos hechos abrieron
el debate sobre la legalidad y efectividad de la Secretaría Nacional
Antidrogas. Que sus miembros no pueden
portar armas porque no pertenecen a las fuerzas públicas, que la entidad
solamente fue creada para coordinar con las demás instituciones la lucha contra
el narcotráfico, etc. etc. etc. En el Parlamento
algunos legisladores plantearon derogar la ley de la creación de la Secretaría
Nacional Antidrogas y transferir la responsabilidad a las fuerzas policiales. La
verdad es que tendrán que hacerlo pronto porque la situación actual beneficia a los narcotraficantes y debilita
la lucha contra los mismos. Es
lamentable y dolorosa la muerte de la niña y se tiene que establecer la
culpabilidad de los responsables con toda la fuerza de la ley, pero de ahí a
plantear la desaparición de la única institución especializada en esa lucha,
hay que repensarla con cabeza fría. Si
se transfiere su función a la policía tendrá que ser una unidad especializada
dependiente del Comandante en Jefe. Si se mantiene a la SENAD se tendrá que
autorizar a sus miembros el uso de las armas reglamentarias cuando intervienen
en los operativos porque no deberían hacerlo desarmados. Si por error de procedimiento se tiene que
eliminar una institución, hace rato hubieran desaparecido las Fuerzas de Tarea
Conjunta que han ocasionado la muerte de varios inocentes. Nadie pidió su
desaparición porque los muertos eran campesinos y no tenían apellidos tan
sonoros. Finalmente podemos reiterar la necesidad de fortalecer una institución
de combate al narcotráfico con las reformas legales que sean necesarias que
contemplen la posibilidad de embargar los bienes y permitan imputar a los
narcotraficantes por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito. En esta lucha
tendrá que involucrarse necesariamente además del Poder Ejecutivo, el
Parlamento y el Poder Judicial. Es una lucha frontal que debe estar por encima
de banderías políticas porque está en juego la misma institucionalidad de la
República.
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