JUSTICIA ENCADENADA
Está por bajar el
telón del primer acto de la fantástica comedia montada sobre la tragedia de
Curuguaty. En la realidad una
tragicomedia. Se basa en un hecho real y
desgraciado, que costó la vida de 17 personas, seis policías y once campesinos.
Todo indica que las 17 personas fueron sacrificadas dentro de un mismo plan
perverso y miserable ante un mismo altar erigido en honor de los dioses del
dinero y del poder. El supuesto
juicio nunca se dedicó a examinar la muerte de los 11 campesinos, varios de
ellos ejecutados fuera del lugar de supuesto enfrentamiento. Ninguna de las imputaciones fueron probadas y
la Fiscalía no pudo arrimar ninguna prueba contundente que inculpe a los once
campesinos que viene soportando un proceso de más de 4 años. Inventaron o quisieron
inventar la historia de que unos 60 campesinos emboscaron a más de 300 policías
altamente pertrechados con armas de grueso calibre. Los campesinos nunca
tuvieron la más remota posibilidad de matar y herir a los policías. Nunca
tuvieron las armas necesarias. Las supuestas pruebas no fueron arrimadas al
juicio. La ciudadanía nacional e
internacional ya está sobre aviso. La
sentencia no podrá ser condenatoria en base a un juicio que adolece de un
montón de irregularidades procesales.
Por eso el grito unánime que sonó fuerte en la gran marcha ciudadana del
miércoles pasado, fue: ABSOLUCIÓN YA. Y el otro grito frenético coreado fue: “FISCALÍA
IJAPU”… FISCALÍA IJAPU” La Fiscalía miente. La Fiscalía miente. Es la
prueba de que no tenemos justicia en el país, o lo que es peor, que tenemos una
justicia encadenada por los intereses de los mandamases y de la mafia. Este ha
sido un juicio político, que intenta ocultar y amañar un verdadero complot que fue utilizado para
derrocar a un gobierno constitucional. De ahí la disyuntiva del Tribunal que
precedió este juicio. Si obra con justicia deberá absolver de culpa y pena a
todos los procesados y si libera a todos los campesinos acusados, el complot
quedará al descubierto, y todavía se tendrá que investigar a sus instigadores. Cinco
mujeres están encadenadas frente al Palacio de Justicia, y allí permanecerán
por lo menos hasta las 13 horas del lunes 11 de julio en que el Tribunal dará a conocer su
sentencia. Son ellas: Carmen Paredes, Angelina Paniagua, Elida Benítez, madres
de acusados. Se suman a ellas, la historiadora y luchadora social Margarita
Durán Estragó y Guillermina Kanonnikoff, víctima de la dictadura
Stronista. El lugar se convirtió en un altar ciudadano. Millares de personas
llegan a toda hora, para llevar su adhesión y voz de aliento, exclamando y
exigiendo la libertad de los campesinos acusados. El telón del primer acto se
bajará el lunes. Si la sentencia no fuera por la absolución se comenzará a
escribir y a vivir la historia de los demás actos. Si triunfa la injusticia, se estará abriendo
el camino para otros juicios de persecución a los campesinos, a los indígenas y
a los líderes ciudadanos que intentan elevar sus voces de protestas y de
reclamos ante los actos violatorios de los derechos fundamentales que cimentan
las bases de una sociedad democrática.
Se requiere fuerza y
participación ciudadana. Todos estamos llamados a acudir al Palacio de
Justicia. Está de por medio el destino
del país que nos merecemos. Un país de justicia y libertad.
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