JUSTICIA Y
MISERICORDIA
“Nunca habrá paz
mientras tengamos un sistema económico de exclusión y de inequidad” afirmó esta
mañana en la celebración de la misa del novenario de la Virgen de Caacupé,
Mons. Juan Bautista Gavilán, Obispo de Coronel Oviedo, citando el pensamiento
del Papa Francisco. “Las cárceles y las fuerzas policiales nunca serán
suficientes para instaurar la paz en nuestra sociedad sino hay justicia y
trabajo digno” agregó el mencionado Prelado. Su prédica sonó profunda y testimonial, a partir del Evangelio de las
Buena venturanzas. El misericordioso debe ser también justo y viceversa.
Afirmó. “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia” repitió, para señalar que muchos líderes campesinos
luchan y sufren persecuciones en este país por reclamar un pedazo de tierra,
donde construir sus viviendas y cultivar la tierra para sostener una vida
digna. Centenares de miles de familias campesinas e indígenas son
expulsados de sus tierras, y obligados a emigrar a las periferias de los
centros urbanos. Rechazó la violencia
que viene desde las instituciones públicas, citando como ejemplo lo ocurrido en
la localidad de Guahory, un asentamiento afincado dentro de su diócesis, donde
por orden de un fiscal fueron destruidas y quemadas 250 viviendas de campesinos
y arrasados los cultivos de los mismos. Señaló que hasta la capilla fue
derribada y quemada. Lo más grave aún es que el inmueble no pertenecía a ningún
sojero ni brasiguayo, sino al INDERT,
institución que había autorizado el mencionado asentamiento. No ha de
quedar impune la injusticia cometida por el Fiscal del caso, afirmó Mons.
Gavilán. El obispo y todos los sacerdotes concelebraron una misa en el lugar
mencionado. Señaló también que en la cárcel de Coronel Oviedo, tiene una
población penal de 1.000 internos, de los cuales solo 70 tienen condena y todo
el resto, la mayoría gente humilde, no avanzan sus procesos por falta de jueces
y defensores. Mons. Juan Bautista
Gavilán, recordó el caso de la masacre
de Curuguaty, y el proceso de los campesinos acusados por la muerte de 6
policías, que no concluye nunca. Es probable – dijo – que la Fiscalía no haya
encontrado suficientes elementos para sostener la acusación. En ese sentido
podemos agregar que la Fiscalía se empecina en condenar al grupo de víctimas
enjuiciadas por la muerte de los policías. La muerte de 11 campesinos, muchos
de ellos, ajusticiados después de estar heridos o entregados, no figura como
tema de investigación de la Fiscalía. Este
proceso es una parodia montada que busca condenar a inocentes y ocultar el
origen y la causa de esta miserable masacre. Antes de concluir su mensaje, Mons. Gavilán atacó el sistema de
tercerización en las acciones del Gobierno, que se da en los Ministerios de
Obras Públicas y en especial de Agricultura. Dijo que el Ministerio de
Agricultura, debe trabajar mucho más, si realmente quiere ayudar a superar la
pobreza en el campo. Por último expresó que “Todo este dolor, y estas injusticias y persecuciones, no pueden ser “Ñandejara
remipotá” (no puede ser la voluntad de Dios). Debemos convenir que el mensaje de Mons Juan
Bautista Gavilán, ha sido profundamente esperanzador para todos los católicos y
para toda la sociedad paraguaya. La lucha por la justicia y la dignidad de
nuestro pueblo, es un compromiso que nos afecta a todos y no se puede
desatender. En ella está en juego el destino mismo de nuestro país.
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