UN SUEÑO MANIPULADO Y TRAICIONADO
En la madrugada de San Blás de este 2015 se cumplirá 26 años
del derrocamiento de una de las dictaduras más sanguinarias y miserables de
América Latina. El 3 de febrero de 1989 fue derrocado el General Alfredo
Stroessner poniéndose fin a 35 años de su gobierno despótico y dictatorial.
¿Realmente tenemos motivos para celebrar este acontecimiento? A la luz del
tiempo transcurrido y observando con miradas un poco más atenta la realidad
actual del país podemos concluir con toda facilidad que los cambios operados
son muy relativos en algunos aspectos y en otros, hemos retrocedido. El sueño
legítimo que se generó con aquel derrocamiento en realidad fue manipulado y
traicionado. La maniobra perversa fue sacar al dictador pero mantener toda la
estructura del stronismo. Esa estructura no solo se ha conservado sino que está
cada vez más consolidado con un ropaje falso de democracia y de libertades de
prensa y opinión controlada. Siguen las mismas Fuerzas Armadas. La policía es
la misma que los políticos corrompieron y manipularon. Los grandes
terratenientes que usurparon y se apropiaron de millones de hectáreas siguen
campantes y protegidos. Deforestan al país llenándolo de agrotóxicos sin que
nadie haga nada. La democracia se volvió plutocracia, gobierno del dinero y del
dinero sucio. Se puede decir lo que se quiere pero una sola vez, después ya
ningún medio te publica. Los torturadores de ayer están a salvo, muy pocos de
ellos fueron condenados. Los asesinatos de la represión fueron suplantados
por crímenes por encargo. La muerte de
centenares de dirigentes campesinos sigue impune y sin sindicados. Se
estableció una nueva Constitución Nacional pero fue totalmente manipulada por
la clase política de baja ralea que domina todo desde el Parlamento. Los
movimientos políticos, sociales y culturales tienen un pequeño espacio pero
están controlados. No pueden salirse de los límites. Los partidos políticos de
izquierda son el tercer espacio que no progresa de hace tiempo. Los líderes
revolucionarios del Movimiento Popular Colorado en los que tantas esperanzas
teníamos fueron reincorporados y absorbidos por las estructuras partidarias al
poco tiempo. El gobierno de Lugo fue un intento de cambio pero como no se hizo
un proceso, no tuvo fuerza en el Parlamento y terminó siendo destituido. Se
quiso hacer una alianza cabalgando en tigre y todo terminó siendo devorado por
la cabalgadura. La justicia de hoy sigue tan deficiente y corrupta como la de
ayer. Emprestaron un empresario para Presidente, que al principio quiso
administrar su propio espacio, pero pronto le hicieron entender que no estaba
permitido abrirse solo. Actualmente ya le tienen controlado. La estructura de
la corrupción se ha fortalecido y no hay esperanza de modificar esta situación.
¿Cómo la gente buena va a llegar al Parlamento, cómo va a llegar al Poder
Judicial? En cuanto al puesto de Presidente al final se le puede poner a
cualquiera, quien por más bueno que fuera si no tiene apoyo suficiente
terminará siendo acorralado y manipulado, y si es necesario, destituido. La
fiera de la corrupción controla el poder. Tiene dinero, tiene prensa, tiene
organización. Tiene además el pretexto ideológico y la cooperación de las
fuerzas reaccionarias del continente. A la mafia no le interesa cuestiones
ideológicas, solo le importa condiciones favorables para lucrar. Antes del 3 de
febrero de 1989, sabíamos contra quién luchar, ahora el enemigo se ha
mimetizado. Estamos llamados a ser optimistas, pero cuesta asumir esa posición
ante el aplastante poderío de la estructura de la corrupción. Solo nos quedar
confiar en la capacidad de los pueblos que a lo largo de la historia pudieron
vencer graves situaciones de opresión y se sacudieron con el grito de la
libertad.
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