UN PAÍS OCUPADO
La nación paraguaya
ha perdido su soberanía. Una casta política corrupta ha llegado a completar su
dominio sobre todas las instituciones del estado y si bien todavía existen
sectores de la sociedad que siguen protestando muy pronto los gritos serán
acallados. Ya habían sentado sus dominios sobre el Parlamento y el Poder
Judicial, mientras que el Poder Ejecutivo que en un principio hablaba de
combatir la corrupción últimamente se ha dejado envolver por la nueva casta de
políticos corruptos. Para imponer el poder político partidario tuvo que
negociar con varios de los exponentes de los ocupantes del país y el discurso
ha cambiado. Ahora desde las altas esferas se defiende a los corruptos que
están pugnando por mantenerse en los cargos municipales. Los últimos en aterrizar en el país fueron los intendentes municipales.
Una nueva casta muy poderosa. Miles de millones de los fondos proveídos por el
Ministerio de Hacienda fueron dilapidados. Más de 130 millones de dólares de Royaltíes
y fondos del FONACIDE, fueron malversados en deficientes obras en colegios y
escuelas, y en meriendas escolares sobre facturadas. Pero el poder de la
casta política corrupta es inmenso, para la misma las leyes no rigen, nadie puede denunciar sus fechorías y si se denuncia
la Contraloría General de la República no investiga y el Ministerio Público se
siente impotente e incapaz para imputar.
La nueva casta social se impone y el país está dividido en ciudadanos de
primera y de segunda. La nueva casta goza de total impunidad y el resto de la
población sigue impotente. Lo peor es que hay muy poca posibilidad de
combatir a estos ocupantes del país. En el Senado han creado 130 Direcciones
con buenos salarios más gastos de representación. Además varios de los
legisladores han incorporado a familiares en los puestos públicos sin concurso
ni apelaciones. Las últimas protestas de
denuncias y dignidad fueron protagonizadas por el movimiento estudiantil
secundario y universitario. Pero el proceso de control está en marcha. A muchos
de los estudiantes se les anunció la imputación y en algunos lugares como en
San Pedro, hasta las Fuerzas de Tareas Conjuntas fueron utilizadas para el
amedrentamiento. El país está ocupado y aprisionado. ¿Qué se podrá hacer
para liberarlo? No será fácil. Los corruptos tienen el control del sistema
electoral y tienen todo el dinero del mundo para comprar las elecciones, o a
los electores. Tienen el control de las
Fuerzas Armadas y Policiales y las protestas y movilizaciones serán controladas
o reprimidas. Habría que ver si en los partidos políticos se puede
encontrar todavía combatientes contra la corrupción o si ya todos están
contaminados. Por algo los corruptos se
defienden diciendo que las denuncias e imputaciones son un atentado contra el
mismísimo partido político afectado. Para vencer la ocupación de los
corruptos la ciudadanía tendrá que organizarse en una cruzada de rebeldía. Los
estudiantes abrieron los frentes de dignidad y valentía, pero estos caminos
tienen que continuar. El país está
ocupado por una casta de indeseables y necesita liberarse. Hemos perdido la
soberanía y pronto perderemos la libertad. Estamos a punto de dejar de ser un
estado de derecho. Los partidos políticos están sometidos a esta casta corrupta
y por lo tanto han dejado de ser instrumentos de la política del bien común. Tenemos que superar este callejón sin salida.
Y para eso tenemos que enarbolar con
fuerza y convicción la bandera de la lucha ciudadana. Es el único camino que
nos queda si queremos devolver a nuestro país su soberanía, su dignidad y su
libertad.
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