DEUDAS Y POLÍTICAS
PÚBLICAS
El país todavía no
está en crisis, aparentemente, en lo que
respecta al crecimiento interno de la economía y a la administración financiera
del estado pero hay cuestiones importantes que deben ser consideradas con
atención para evitar justamente que la situación empeore. Aumenta
vertiginosamente la deuda externa y existen serias dificultades para dar
cumplimiento a la Ley de Responsabilidad Fiscal según la cual el déficit fiscal
anual no debe superar el l.5 % sobre el PIB (Producto Interno Bruto). El Presupuesto General de Gastos de la Nación
para el 2.016, está siendo cuestionado por varios sectores de la sociedad, por
los sensibles recortes que afectan a la inversión del gasto social. Por un lado “no hay dinero, no hay
recursos” es la respuesta para una serie
de reclamos, pero por otro lado, es todo un escándalo, la mala calidad del
gasto público. “Existen remuneraciones exageradas para funcionarios del Estado
y para gastos innecesarios, así como para compras sobre facturadas que no deben
seguir siendo toleradas. Al final, pero no por eso menos importante, la mega
corrupción , de la que es también víctima el sector estatal, resta una gran
parte de los recursos necesarios para las políticas públicas” (Dr. Ricardo
Rodríguez Silguero, en su columna Consultario Tributario, Diario Última Hora,
21 de julio 2015). En este mismo espacio, el Dr. Rodriguez Silvero, señala
que existe una evasión que ronda los 40% del potencial recaudatorio, o sectores
en los que no se recauda casi nada como ocurre en el impuesto inmobiliario
rural, en las tierras más fértiles y más caras del país, donde el impuesto
inmobiliario anual asciende apenas a 2.500 guaraníes por hectárea. Critica además nuestro sistema tributario, que grava por
igual a los que tienen más y a los que tienen menos, haciendo que el 80% de los
impuestos sean indirectos, lo que resulta por ello un sistema “altamente
injusto que conduce a inequidades innecesarias” ¿Y qué pasa con la deuda
externa? Nuestro joven Ministro de
Hacienda había afirmado que “nuestra deuda externa no aumenta, mejora”
Suponemos que lo que habrá querido decir es que el promedio de nuestra deuda
externa todavía sigue bajo, menos del 22% como Chile y Perú. En el 2012, nuestra deuda era de 3.537
millones de dólares, 13.8% del PIB, pero a finales del año 2014, nuestra deuda
ya ascendía a 5.433 millones de dólares que representa el 18% del PIB. Creció
en menos de dos años 54% con la colocación de 1.780 millones de dólares de los
bonos soberanos. Para el Dr. Alberto Acosta Garbarino, son preocupantes,
primero, que el crecimiento de nuestra deuda se esté dando en el mercado
financiero internacional por la rapidez y facilidad que eso supone; segundo, la
velocidad con que se toma el dinero, que supera la capacidad de utilizarlo a
tiempo y con eficiencia y, tercero, que gran parte de nuestra deuda sea en
moneda extranjera, lo que implica un riesgo adicional por el tipo de cambio.
Cita como ejemplo, en este punto al Brasil, que si bien su deuda alcanza el
63.5 % de su PIB, el 95 % es en su moneda local, mientras que Paraguay solo el
30% es deuda interna, y el 70% es deuda
externa, el porcentaje más alto de la región, lo que deja a nuestro país bajo
el peligro y el acecho de los buitres. El Dr. Acosta Garbarino, concluye: “El acceso al mercado financiero internacional puede ayudar a acelerar el
crecimiento, pero también puede ser el camino del desastre si no se lo maneja
adecuadamente” (Columna “Desde el Desarrollo” Diario Última Hora, 3 de mayo del
2015) Es decir: No existirá dinero suficiente, ni en término de recaudación
tributaria, ni en préstamos internacionales, sin un sector público honesto y
eficiente. Si no se destierra el cáncer de la corrupción, se seguirá
comprometiendo seriamente el futuro del país.
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