¿TENEMOS UNA
CORRUPCIÓN PLANIFICADA?
La corrupción en
nuestro país se instaló como sistema de vida y de un sistema que crece y se
afianza. Por eso es inquietante preguntarnos si alguna vez podremos superar
este mal que tanto daño nos causa a todos y a cada uno. Porque ni siquiera el
mismo corrupto se salva finalmente de sus tentáculos. Todos resultamos víctimas
de la corrupción. El dinero fácil es difícil que se consolide. Es el destino de
los tramposos, siempre se encuentra en el camino con alguien mejor. ¿Es un
problema cultural? Sí y no. Es más bien
un problema de impunidad. Veamos ahora a la corrupción bajos algunos aspectos
importantes. Uno de esos aspectos es la
ilimitación de la corrupción. La
corrupción no tiene límites. Ningún corrupto se detiene. Siempre avanza más allá de un margen mínimo.
Nadie dice “Hasta aquí nomás” Es lo que está pasando con los intendentes y
gobernadores con respecto a la utilización de los recursos de los Royaltíes y
del FONACIDE (Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo) En los
primeros tiempos encaran las obras con la calidad mínima pero sobre facturadas.
Ganaban con la diferencia de precios. Pero no se contentaron con eso. Les
tomaron el gusto a la plata dulce. No solamente sobre facturaron sino también
obtuvieron recursos de la baja calidad de los materiales y de la mano de obra
barata. Es lo que habría ocurrido en el
Colegio Nacional de Lambaré. Se habría presupuestado el costo de la obra en
alrededor de 90 millones, pero facturaron en 263 millones y al final terminó
derrumbándose una de las aulas.
Otros Intendentes justifican en los informes obras inconclusas o no
realizadas. Y finalmente están los que ni siquiera presentaron sus rendiciones de
cuentas. En general las obras realizadas
carecen de la calidad mínima necesaria y generan riesgo para la vida de
escolares y educadores. Qué importa la vida. La corrupción no tiene límite.
El otro aspecto es la generalización.
En todos o casi todos los municipios y gobernaciones se está robando el dinero
de la gente. Toda la ciudadanía lo sabe. Todos los gobernadores e intendentes
también. Por eso viene la famosa justificación de la “persecución política”
cuando se investiga a algunos de ellos. Es como decir: ¿Por qué a mi nomás, y
los otros? Finalmente, ¿Es ésta es una corrupción planificada? Sí, porque
en nuestro país, la corrupción se planifica. Siempre me acuerdo del caso del
Instituto de Previsión Social cuando se dispuso que sus fondos sean destinados
a la inversión privada. Se armaron unos grupos que ofrecían los préstamos y
pedían una comisión del 20% sobre el monto del préstamo. Cuando alguien objetaba el monto de la
comisión, respondían: ¿Acaso ustedes van a pagar el préstamo? Tenían que
presentar algún título de propiedad que el grupo gestor se encargaba de sobre
evaluar y armaban los proyectos de industrias. Al final el IPS se quedó con los
pequeños terrenos rematados sin recuperar sus préstamos. En el caso del
FONACIDE hay pocos intendentes imputados y casi nadie condenado. La Contraloría
General de la República ha investigado muy poco y los informes de algunos casos
van a parar en el Ministerio Público. Ahora
se estudia un proyecto de Ley para castigar a los malversadores para que
respondan con sus patrimonios por los daños causados. ¿Porqué recién ahora? Todo
esto nos hace pensar que podríamos estar en presencia de un poderoso plan de robo concebido, maquinado y ejecutado por la misma
clase política de nuestro país.
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