LAS PENUMBRAS DE LA TRANSPARENCIA
La transparencia como
proclama o como slogan suena bien. Pero transparentar toda la gestión
administrativa de un gobierno no siempre resulta fácil. Por más bien
intencionados que sean los esfuerzos, hay penumbras y zonas grises que de
alguna manera dificultan el logro de una plena transparencia. En nuestro
país aparecen varias situaciones que no resultan del todo transparentes. Por
ejemplo lo que está ocurriendo en la Contraloría General de la República donde
se ha detectado una serie de irregularidades en materia administrativa que motiva
una investigación de la Fiscalía y da
lugar a un libelo acusatorio de un juicio político. Hasta ahora todo está
parado. ¿Quién o quiénes protegen al
Contralor? Tampoco se da mucha transparencia en los juicios que se les sigue a
destacados políticos como ocurre en el caso del Diputado Ibáñez, de los
senadores Víctor Bogado y Enzo Cardozo,
del ex Ministro del Interior Rafael Filizzola y del Ex gobernador de
Presidente Hayes. ¿Porqué estos casos no avanzan? ¿Qué nivel de influencia
ejercen en el Poder Judicial para que las chicanerías posibiliten las sucesivas postergaciones de
sus procesamientos? En cuanto a la entrevista grabada al narco Ezequiel de
Souza, en presencia del Ministro Secretario de la Secretaría Nacional
Antidrogas y los Senadores Wiens y Giuzzio,
se armó toda una batahola en torno a la oportunidad y legalidad de la
grabación, y después se siguió discutiendo si a quién se facilitó o no las
copias, del porqué no se presentó la denuncia ante la Fiscalía. La principal carga de la información se centró
en la formalidad del procedimiento y no
al contenido de la denuncia. La declaración de Ezequiel de Souza ha venido a
confirmar lo que ya se conocía de antemano: la compra de jueces, autoridades
policiales, fiscales y agentes de la misma SENAD e incluso de autoridades
militares por el narcotráfico que permea de corrupción las instituciones de la
República. Esta vez con el agravante de que un ex agente de la SENAD, Juan
Ignacio Silguero Vera, viene a confirmar con su testimonio, en gran parte los
sobornos y las coimas que pagaba el narco De Souza. Pero dicen que todo esto no
constituye pruebas suficientes y que la investigación sigue pero hay que ser
prudente. Tampoco están aclarados los desfalcos de combustibles en la Policía
Nacional y en SENEPA (Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo) Finalmente recordemos que existe una
gravísima denuncia del General Herminio Piñanez Balmori afirmando que la muerte
de su hijo el Capitán Ingeniero Enrique Piñanez Ciancio y de su Ayudante el
Suboficial de Infantería José Manuel González, fue el resultado de un complot
criminal maquinado en el interior de la misma Fuerza de Tarea Conjunta, que opera
en el norte del país. En ese sentido es inexplicable que para la
investigación del caso se designe al Fiscal Joel Cazal, a quién de alguna
manera el General Piñanez le descalifica por sospecha de parcialidad en el
caso. En el intento por reconstruir la historia oficial, con anteriores
versiones contradictorias, se está
recurriendo a un supuesto informe de
miembros del ACA, uno de los grupos políticos delincuentes que actúan en la
zona para desacreditar el informe y la denuncia del General Herminio Piñanez
Balmori. Es necesario que las penumbras sean
disipadas para poder hablar de una verdadera transparencia. La ciudadanía la
reclama y el país la necesita. Es el camino que puede permitirnos avanzar hacia
el futuro con la vigencia de la dignidad que todos nos merecemos.
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