CONTRIBUCION O COMPENSACION IMPOSITIVA
Paraguay es
uno de los países con mayores desigualdades del continente y al mismo tiempo es
el de la más baja carga impositiva. Esta estructura se necesita romper para
encaminar el desarrollo integral que se necesita para el tan anunciado combate
a la pobreza. Los altos índices de crecimiento económico no aportaron casi nada
para disminuir la pobreza y en especial la pobreza extrema. La desigualdad
subsiste intacta porque no se genera el proceso de redistribución de la
riqueza.
El nuevo
gobierno que utilizó como estandarte la lucha contra la pobreza tendrá que
enfrentar dos contingencias en el campo impositivo: una de ellas es disminuir
el alto porcentaje de la evasión y la otra es aumentar los actuales niveles
impositivos.
Respecto a
la necesidad de generar nuevos recursos hay un debate abierto en torno al
proyecto de ley que grava las exportaciones de granos. El gremio de los
productores, usando toda su fuerza e influencia, bajo amenaza de sus famosos
tractorazos, consiguió que el actual gobierno aceptara la presentación de un
nuevo proyecto para no pagar el IMAGRO sobre sus facturaciones sino sobre las
utilidades. Los proponentes de la ley que grava la exportación arguyen que los
grandes productores agropecuarios generan importantes ganancias y aportan muy
poco al fisco. Con el sistema actual del IMAGRO (Impuesto Agropecuario),
pueden deducir pérdidas hasta de tres años anteriores (beneficio que no tiene
ningún otro sector de la economía). Pueden además descontar todos los gastos
familiares reales y no reales con la facilidad que existe en nuestro país de
conseguir documentos legales justificativos
y sus balances casi nunca son auditados. Los ganaderos no pagan el IVA
sobre la venta de ganado.
Lo que no
se puede dudar es la necesidad de aumentar las recaudaciones del fisco y por lo
tanto es hora de hablar de la necesidad de las modificaciones en el sistema
impositivo. Es justo que el que gana más contribuya más. Pero además de ser una
contribución es por sobre todo una compensación por el insumo de los bienes del
estado que se utiliza para generar las utilidades de los productores. Las
ganancias de los pocos generan en nuestro caso grandes perjuicios al estado, es
decir a todos los demás habitantes, como por ejemplo la expulsión de los
campesinos de sus tierras para venir a conformar los cinturones de pobreza de
los centros urbanos. ¿Cuánto le costará al país darles vivienda digna a esa
población marginal? ¿Cuánto costará la deforestación y futura desertificación de
las extensas superficies utilizadas por la agricultura empresarial? ¿Cuánto le
cuesta al país reparar los daños causados por los agrotóxicos en la destrucción de los cauces hídricos y en
el deterioro de la salud de la población?
En
conclusión si se respetara la ley ambiental y si existiera una política de protección de
los bienes del estado, el margen de las utilidades hubiera sido otro. ¿En qué
porcentaje esas utilidades son el resultado de la malversación de los bienes
del estado?
¿Podrá un
gobierno empresario cambiar esta situación?
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