EL PAÍS DE LOS CONTRASTES
En el mismo informe
del Banco Mundial en el que se reconoce que la macroeconomía del Paraguay está
muy bien con relación a los demás países del continente, que el país crece, que
su deuda externa es baja, se publica que el “Paraguay lidera el ranking de
pobreza extrema en la región” con advertencia de que la suba del Producto
Interno Bruto (P.I.B) es insuficiente contra la indigencia (Diario Última Hora,
17 de setiembre de 2016) También lidera junto a Brasil el índice de la peor
desigualdad en la distribución de la riqueza. Mientras los jóvenes
estudiantes secundarios de colegios públicos y privados marchan en reclamo de
mayor inversión para educación el Ministro de la Cartera les amenaza con
castigos disciplinarios y busca desmeritar sus reclamos. Mientras el gobierno proclama su plan de lucha contra la pobreza
permite que las fuerzas policiales desalojen con toda violencia, una vez más, a
más de 200 familias campesinas en Guahory,
Departamento de Caaguazú, donde proceden a derribar sus viviendas y
destruir sus cultivos y hasta llevarse las herramientas, los enseres y hasta
los animales de los campesinos, que ocupaban el lugar con aprobación y
consentimiento del Instituto de Bienestar Rural y Desarrollo de la Tierra, que
fue incapaz de defender a los labriegos desalojados. Mientras son llevados
a juicio oral y público al ex Rector de la Universidad Nacional de Asunción y
otros 45 funcionarios de la institución, acusados de corrupción, sigue fuerte
resistencia de los sectores conservadores, ante los cambios que propugnan los
estudiantes al Estatuto vigente, que
permitió e hizo posible tamaña corrupción.
Se monta una gran organización
con fuerte respaldo mediático para hablar de reforestación y premiar los
últimos árboles añosos que quedan todavía pero no se dice nada de la tremenda y
criminal deforestación que está dejando al país sin bosque alguno. Ya no
son las organizaciones sociales ni los políticos solamente los que se manifiestan denunciando
las infortunadas muertes de soldados en el norte del país, sino ya las madres y
viudas de militares y policías las que
se manifiestan reclamando la aclaración de esas muertes, solicitando a la vez
el pago oportuno de los haberes a los familiares de los fallecidos y también de
los que siguen en servicio. Cuando más se condena el narcoterrorismo
por parte de las autoridades públicas aparece un capo mafioso con condena en
nuestro país y en Brasil, que dice que pagó y gestionó la liberación del joven
Alan que mantenía secuestrado el grupo terrorista autodenominado EPP expresando
que también habría contribuido para la compra de un sofisticado equipo para las
fuerzas públicas y que tiene forma de documentar lo que afirma y que posee
otros, datos –incluso - que podría revelar si se le extradita al Brasil. Coincidentemente
cuando más se necesita de la concentración y la efectividad de las Fuerzas de
Tarea Conjunta en el norte en la lucha contra el terrorismo, se denuncia
que miembros de esas fuerzas públicas habrían realizado actos de
espionaje, escuchas telefónicas e infiltración de agentes en las
manifestaciones estudiantiles, campesinas e incluso religiosas en Capital y
Cordillera. Cuando más se celebra como una conquista el
acceso a la información pública como un avance a la libertad de prensa, se
producen coincidentemente, despidos de periodistas de los medios del entorno
presidencial, por ser críticos al gobierno. Finalmente cuando más se habla
de democracia, aparecen los nostálgicos que lamentan que al tirano dictador no
lo pueda resucitar. Es decir cuando más
se habla de democracia, se acrecientan los indicios de un proyecto totalitario. Ojala que también se afirme el contraste de
que frente a la corrupción y la ineficiencia política, se acrecienten las
esperanzadoras manifestaciones de los jóvenes y de todos los sectores
ciudadanos. Ese es un camino que podrá
brindarnos el gran contraste positivo que el país reclama.
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