UN GESTO DE VALENTÍA
Y DIGNIDAD
En un comentario
anterior, lamentábamos sinceramente, que el fanatismo deportivo, se cobrara
otra vida, la de un joven de 18 años, baleado en un lugar céntrico en
plena calle de la capital del país
cuando se cruzaron hinchadas de los dos clubes más tradicionales del fútbol
paraguayo que marchaban rumbo al estadio. Decíamos en esa oportunidad que, de
alguna manera, todos éramos responsables del fanatismo por nuestra falta de
cultura, por la intolerancia y por la discriminación. Ahora tenemos a ese respecto un caso muy
especial, relatado en una publicación de la reconocida Revista el Gráfico, a
través de su redactor Martín Estévez, y de la que tomamos conocimiento, por
haber compartido con nosotros nuestro amigo César Torres Antúnez. La mencionada nota, publicada en la fecha,
tiene por título: SON TODOS BOLIVIANOS,
PARAGUAYOS: ROMERO TAMBIEN. El “Romero” del título es nuestro
compatriota Oscar Romero y el hecho ocurrió durante el encuentro por la Copa
Libertadores, en cancha de Racing cuando el equipo local enfrentaba a Bolívar
de la Paz, Bolivia. La hinchada del Racing, que ganaba y dominaba el partido,
comenzó a entonar unos estribillos que
decían: “Son todos bolivianos, paraguayos, que solo sirven para botonear…”
Según el autor de la nota, la canción estaba dirigida a los hinchas del Club
Boca Junior, próximo rival de Racing.
Pero ellos no estaban en la cancha en ese momento, pero si estaban más
de un centenar de hinchas del Bolívar y había también un paraguayo en Racing,
un joven de 23 años, que estaba disputando un gran encuentro y gozaba del apoyo
de la hinchada local. Cuando comenzó la
hinchada a cantar los mencionados
estribillos, Oscar Romero, nuestro Oscar Romero, respiró hondo y miró a la
tribuna popular y les indicó que no con los dedos, que no cantaran eso,
poniéndose el índice en los labios pidiendo silencio. “Por fin alguien se
animó, dijo Martin Estévez de la Revista el Gráfico, un pibe de 23 años, que
sabía que por su reacción, la hinchada podía ponerse en su contra, arriesgando
de esa manera un altísimo contrato, en un club muy grande de la Argentina.
Romero se plantó – siguió diciendo – ante una multitud de 30.000 personas, y
les dijo que eso no era folklore ni aliento, que era un brutal acto de xenofobia,
discriminación e injusticia” La nota
refiere que unos pocos hinchas siguieron cantando la misma estupidez, mientras
que la mayoría cambió por “Romeeero,
Romeeero…” El problema no era con Romero, uno de los paraguayos mejor tratado
en la Argentina. El problema es – según lo afirma el autor de la nota - con relación a los miles de paraguayos y
bolivianos que han sufrido y sufren una de las más abyectas formas de
discriminación: la xenofobia. Martín Estévez concluyó su interesante nota
diciendo: “Alguien tenía que hacerlo y lo hizo Oscar Romero. Desde nuestro
lugar de periodista podríamos dejar todo en una simple anécdota, pero aquí está
nuestra postura, aquí está nuestro texto para sumarnos a los gestos de Oscar
Romero y decir también no a la discriminación. No nos vamos a hacer cómplices
de legitimar, uno de los mayores errores: la xenofobia” Qué interesante el
gesto de este periodista y en especial
el de este joven compatriota. Le dolió en
el alma la ofensa que se les infligía a nuestros compatriotas con tan
burdos estribillos y reaccionó. Que su
dignidad y rebeldía sean todo un ejemplo para todos nuestros compatriotas y
especialmente para nuestros compatriotas jóvenes.
Gracias.
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