SERIOS INDICIOS DE
CONSPIRACIÓN.
Se va confirmando
cada vez más que la masacre de Curuguaty en el lugar denominado Marina Kue del
15 de junio de 2012 que concluyó con la muerte de once campesinos y 6 policías
no fue un accidente, no fue un error de procedimiento policial sino
presumiblemente una operación siniestra montada, dirigida y ejecutada como
parte de una conspiración contra la presidencia de Fernando Lugo. Es la presunción
que se va confirmando en base a los datos que van apareciendo y los testimonios
que se van aportando en el juicio abierto a los campesinos a los que se les
acusa de la muerte de los seis policías abatidos en aquella oportunidad. En ese
sentido cobra una fuerza extraordinaria el testimonio del médico forense que
procedió a la inspección y levantamiento de los seis cuerpos de los policías
fallecidos. La historiadora compatriota Margarita Durán Estragó publicó en su
página un resumen de la declaración ante el Tribunal en el caso de la masacre
de Curuguaty del médico forense Floriano Irala quién afirma que los seis
policías muertos el 15 de junio de 2012 fueron abatidos con armas automáticas
de gruesos calibres. Que inclusive el cuerpo del Subcomisario Erben Lovera
registraba 4 heridas de balas de grueso calibre, echando de esa manera por
tierra la hipótesis que viene
sosteniendo el Fiscal Jalil Rachid de que el mencionado Sub Comisario fue
herido de muerte por uno de los campesinos. El médico forense Floriano Irala
sostuvo bajo fe de juramento que los seis policías fueron abatidos con disparos
de armas automáticas, las que estaban en
manos de la policía. Es tremenda esta declaración testifical. Seguramente van a
intentar desmeritarla. No la pueden aceptar porque desarticula toda la
orientación del proceso que apunta a culpar a los campesinos de la muerte de
los policías. Con este testimonio quedan sin elementos probatorios. Los viejos
rifles que la Fiscalía arrimó al proceso como pruebas, quedan descartados.
Ningún policía habría sido muerto por campesinos. Y lo más grave y terrible es la
conclusión que se derivaría de este hecho, de que los policías muertos fueron
abatidos por sus propios camaradas. Si esta conclusión no se desvirtúa, la
conspiración quedará confirmada. En ese caso los policías también fueron
víctimas de la conspiración. Los seis policías no habrían muertos en cumplimiento de su deber, sino
miserablemente sacrificados junto a los once campesinos dentro de una
conspiración política. El SubComisario Erben Lovera, con su olfato de policía de
mucha experiencia, intuyó que algo no funcionaba en aquel operativo, pero al
pedir instrucciones, desde el poder superior se le ratificó la orden de seguir adelante.
Si se confirma la conspiración, quedará para la investigación determinar
quiénes fueron los actores intelectuales. Por de pronto se puede pensar en un
listado de los posibles beneficiarios o interesados: 1. Grupos económicos
hegemónicos locales. 2. Para el
imperialismo era importante introducir un caballo de Troya en el centro del
Mercosur y 3. La ANR – por su parte - no podía permitir otro
triunfo de la Alianza que tenía buena probabilidad si el Presidente Lugo
culminaba su mandato. Queda pendiente intentar entender qué papel jugó el PLRA.
No el partido sino algunos de sus dirigentes. No sabemos a qué se jugaron.
Aunque nunca se llegue a descubrir toda la verdad, es bueno intentar entender
el escenario en que nos desenvolvemos.
Se tiene que descubrir quiénes son y donde están los verdaderos enemigos
de la institucionalidad de la República. No se debe permitir que exista ni la más remota posibilidad de que
la conspiración con sacrificios de compatriotas, se constituya en un oprobioso
instrumento de la política nacional.
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