El día de
la fecha está dedicado a la celebración del Día de la Banderita , bajo la
organización del Cuerpo de Voluntarios de la
Cruz Roja Paraguaya. Es el día de la
colecta anual de esta organización de alcance mundial que tiene como mensaje
socorrer a las víctimas de la violencia de los conflictos armados y de otras
situaciones de emergencias, visitar a los prisioneros de guerra y a otras
categorías de detenidos, a ayudarlos a comunicarse con sus familiares, ayudar
en los casos de catástrofes, inundaciones,
incendios, sequías y hambres. Su
propósito en síntesis es dedicarse a salvar a millones de vidas humanas
mediante una acción de prevención, de protección y de asistencia. Este año el
lema elegido es: “Si la ayuda llega, cambia la historia”. El mensaje condiciona a la llegada oportuna
de la ayuda a los necesitados para cambiar su situación del momento, cambiar su
historia. En el caso de nuestro país las ayudas no llegan o llegan tarde y muy
parcialmente. En estas condiciones no cambiamos la historia de la gente
necesitada porque está ausente lo más importante, que es la acción organizada
de prevención, protección y asistencia.
Si bien el
lema de este año es muy expresivo, todavía recuerdo a pesar del tiempo
transcurrido, aquel lema que decía: “Optemos por la humanidad contra la
inhumanidad” lanzado como un desafío por todos los que conforman este inmenso
frente de la solidaridad, convocándonos a todos y a todas, a reconocer que el
respeto a la vida y la promoción de la dignidad humana deben primar sobre
cualquier otra consideración.
Optar por
la humanidad. No es una opción circunstancial, de momentos de las calamidades,
sino una opción fundamental. Optar por la humanidad es optar por la vida, por
las cosas bellas, por el desarrollo, por encender cada día una llama de
esperanza, por dibujar una sonrisa, porque haya justicia y no existan
marginados de los bienes de la tierra. Optar
por la humanidad es armarnos de paciencia y fortaleza interior para vencernos a
nosotros mismos, para superar a esa tenaz y extraña tendencia que nos arrastra
a menudo al egoísmo y a la mezquindad.
Optar por
la humanidad puede significar y debería significar, para todos y cada uno de los seres humanos,
una auténtica rebelión contra la opresión y la prepotencia, contra la
marginalidad y la injusticia. Solamente así podremos ser dignos
portaestandartes de la solidaridad.
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