LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA
¿Hasta qué punto la participación
ciudadana ha tenido incidencia en los hechos de cambios y saneamientos que se
han dado últimamente en el Parlamento Nacional? Una buena pregunta. Debemos reconocer que el escrache ciudadano y
la presión mediática han posibilitado que varios legisladores hayan perdido sus
cargos. Algunos por la renuncia y otros por la pérdida de su investidura. Son signos esperanzadores de cambio. Varios
analistas políticos, sin dejar de valorar estos hechos, plantean el tema de
sostenibilidad de los cambios en el tiempo, de la posibilidad de que se
conviertan en proceso y por esa vía se pueda lograr el fortalecimiento
institucional en detrimento de la estructura de la corrupción imperante. En este juego, sin duda alguna, adquiere
mucha importancia la presión mediática, pero la prensa responde a intereses económicos
y políticos de sus propietarios y nada nos garantiza su prescindencia de todo
intento de manipulación en este contexto.
Por otra parte la participación ciudadana, si bien ha aumentado en los
últimos tiempos, hay que reconocer que todavía es incipiente. Se tiene que
avanzar mucho más, porque se tiene que estar muy atento para” impedir que esta
participación sea controlada o debilitada por los que detentan el poder
hegemónico. Toda la fuerza y la
esperanza de cambios verdaderos residen en verdad en la participación
ciudadana. Se necesita la construcción
de ciudadanía en sociedad para que sus miembros se conviertan en actores
políticos y sociales, transformadores, inquietos, perturbadores y movilizadores.
Si no, dejaría de ser ciudadanía para convertirse en colectivos sometidos a
algún poder político o económico y sufrir las consecuencias durante todo el
tiempo que dure su yugo” (Del libro: VIVIR LA COMUNICACIÓN, del periodista
Oscar Rubén Cáceres Giménez, Edición
ARANDURA, año 2018, Asunción Paraguay, pag. 26)
¿Mejorará la clase política? ¿Llegará este mensaje a nivel de los
partidos políticos? ¿Habrá más cuidado en la promoción de candidatos a cargos
electivos? ¿El electorado votará diferente o seguirá votando a los caudillos
corruptos en base a la prebenda? Si bien la estructura de la corrupción está
muy instalada y fortalecida, tenemos que creer que puede ser derrotada. Pero
para ello vamos a necesitar de la gran participación de la ciudadanía. Si la ciudadanía se hace fuerte en la
participación y el debate en todos los niveles sobre las cuestiones que
interesan al país, podemos pensar en una
nueva clase política capaz de empujar y encaminar el necesario e impostergable
cambio que exige y reclama la justicia y la dignidad de la república.
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