RETROCESO DEL TIEMPO
El terrible bombardeo
de los medios de comunicación de las ofertas y del consumismo distrae y desvía
la atención ciudadana de uno de los hechos más graves de la confrontación
política del momento: El veto total por parte del Poder Ejecutivo de la Ley del
Presupuesto General de la Nación sancionado por el Parlamento Nacional. Se
intentó negociar con la Presidencia de la República para sustituir el veto
total por un veto parcial y evitar esta situación sin precedente desde la
vigencia de la Constitución Nacional de 1992, pero las posiciones ya estaban
muy radicalizadas. Se intentó dejar sin
quórum las sesiones convocadas en el Congreso, pero en la Cámara de Diputados,
legisladores liberales supuestamente de la oposición facilitaron la aprobación
del veto presidencial. En esta
confrontación, la incertidumbre proviene de los “legisladores comodines” Aparentemente al Poder Ejecutivo le
molestaron las disposiciones de control y limitación del margen del
endeudamiento público establecida por el Congreso en el Presupuesto aprobado, y
con este veto vuelve a ampliarse el margen de maniobra, aunque todavía está en
el limbo definir, si al retornar al Presupuesto 2016, significa que el monto de
los bonos soberanos incluido en el mismo, debe considerarse aprobado al
trasladar su vigencia al Presupuesto General de Gastos de la Nación del 2017, o
requerirá de una nueva aprobación del Congreso para este ejercicio. Hay opiniones
dispares al respecto pero se necesitará una aclaración definitiva para posibilitar la colocación de esos
bonos. Detrás de todo esto, subsiste una lucha de poder político, entre la pretensión del Presidente Horacio
Cartes y sus partidarios, de forzar la reelección presidencial y los que se
oponen a este propósito, por considerar que la vía de la Enmienda que se pretende utilizar, es un
procedimiento no autorizado por la vigente Constitución Nacional. Este
enfrentamiento ha sido sumamente desgastante para el país y en este momento, al
trasladarse al ámbito presupuestario, ha causado daños a intereses de diversos
sectores ciudadanos. El país vive
momentos de tensión, de manifestaciones y reclamos, de confrontaciones y
represiones policiales en la vía pública.
Hay amenaza de huelga general de
los trabajadores de la Administración Nacional de Electricidad por la anulación
de importantes beneficios presupuestarios. Estos fueron los primeros
reprimidos. Pero también están los profesionales médicos y enfermeras y los
educadores de todo el país, a quienes con este veto presidencial se les volvió
a anular las mejoras salariales. Para ellos y para muchos, el tiempo ha
retrocedido o por lo menos se ha detenido. Cuando lograron que parte de sus
exigencias tuviera eco en el Parlamento, miraban al nuevo año, en la
perspectiva de algunos mejoramientos. Todo eso de un plumazo volvió a foja cero
¿Qué está pasando? ¿Se perdió la
capacidad del diálogo y la negociación? ¿La soberbia política se ha puesto de
moda? Estamos frente a un nuevo año y conviene mantener el optimismo. Las
crisis no son malas en sí, y generalmente son necesarias en los procesos de
cambio. Confiamos que la ciudadanía tendrá la suficiente capacidad para superar
los obstáculos para seguir adelante. No se puede transigir ante ninguna amenaza
de regresión. Todos estamos llamados, desde el lugar que nos corresponda, a
comprometer nuestra participación para impedir todo tipo de retroceso. Hay que
seguir con la esperanza y el compromiso. Feliz y próspero año 2017 para todos.
Comentarios
Publicar un comentario