ENCRUCIJADA POLÍTICA
El proceso político
paraguayo vive un momento tenso debido a la propuesta de modificar la
Constitución Nacional para permitir la reelección presidencial que de aprobarse
entraría a regir en las elecciones nacionales a realizarse en los primeros
meses del 2018. El primer debate que
se plantea es referente al procedimiento para modificar la Carta Magna de 1992
a los efectos de permitir la reelección presidencial. La mayoría de los
juristas constitucionalistas sostiene que el único procedimiento válido es el
de la reforma de la Constitución sin embargo algunos otros pocos juristas
validan el procedimiento de la enmienda. Los procedimientos difieren. Para la reforma
se requiere la aprobación de la propuesta por ambas Cámaras del Congreso por
2/3 de votos y la convocatoria de la
Asamblea Nacional Constituyente que tendrá la facultad para modificar cualquier
punto de la Constitución. Para la
enmienda sin embargo se requiere solamente mayoría absoluta de ambas Cámaras
para su aprobación y las modificaciones de cambio propuestas específicamente
deben ser sometidas a un referéndum convocado por la Justicia Electoral. La
reforma requiere más tiempo, consenso y preparación para que los
constituyentes introduzcan
modificaciones atinadas y necesarias. La enmienda requiere menor tiempo y
plantea temas muy puntuales. En este
momento la confrontación entre los partidarios y opuestos al planteamiento de
la reelección es la pertinencia de volver a plantear este recurso de la
enmienda teniendo en cuenta que esa propuesta ya fue rechazada en ambas Cámaras.
A ese respecto el Art. 290 de la C.N. expresa: “Transcurridos tres años de
promulgada esta Constitución, podrán realizarse enmiendas a iniciativa de la
cuarta parte de los legisladores de cualquiera de las Cámaras del Congreso, del
Presidente de la República o de 30.000 electores en petición firmada. El texto
íntegro de la enmienda deberá ser aprobado por mayoría absoluta en la Cámara de
origen. Aprobado el mismo se requerirá igual tratamiento en la Cámara revisora.
Si en cualquiera de las Cámaras no se reuniese la mayoría necesaria para su
aprobación, se tendrá por rechazada la enmienda, no pudiendo volver a
presentarla dentro del término de un año” En base a este texto, los
opositores a la reelección sostienen que plantear de nuevo la enmienda sin que
transcurra el tiempo de un año, es pretender violar la Constitución. El
oficialismo se defiende diciendo que esta es una cuestión política y no
jurídica y que se puede volver a plantear la enmienda porque se introduce otros
aspectos en la propuesta. Para el
oficialismo todo es cuestión de votos, en el Senado se requiere 23 votos para
la mayoría absoluta. Hay fuertes
acusaciones de propuesta de soborno. Los
dos partidos tradicionales están divididos. En el Partido Colorado el
movimiento disidente liderado por el Senador Mario Abdo Benítez se opone a la
reelección vía enmienda. En el Partido Liberal Radical Auténtico el movimiento
disidente del Senador Blás Llano se mostró abierto y los votos del sector será
clave para la posibilidad de aprobar la enmienda. El Frente Guazú de Fernando
Lugo, se ha mostrado abierto a la posibilidad de apoyar la enmienda, porque
habitará a Lugo para la candidatura presidencial y detrás de él se estima que
podrá aumentar la representación parlamentaria del Frente Guazú. La otra semana
será clave para la definición. Mientras tanto hay manifestaciones en las calles
de los jóvenes del Partido Liberal con el liderazgo del actual Presidente del
Partido Efraín Alegre en contra de la violación de la Constitución. Ya se tuvo
las primeras represiones policiales. Los
opositores pedirán a la OEA, la aplicación de la Carta Democrática, ante el
intento de quiebre de la Constitución Nacional, la misma que Paraguay pidió que
sea aplicada a Venezuela. También se prepara una denuncia penal ante la
Fiscalía General de la República, teniendo en cuenta que el Código también
sanciona la tentativa de violar la Constitución Nacional. (Diario Última Hora,
edición del sábado 10 de diciembre de 2016) Para la ciudadanía en general esta
confrontación es meramente cupular que distrae y retrasa el debate sobre la
situación del país. La pregunta clave es ¿cuál será la política del nuevo
gobierno? ¿Seguirán la narco política y la corrupción? ¿Seguirá el modelo económico
que depreda los bienes del país en perjuicio de los sectores más vulnerables?
Paraguay necesita un profundo cambio, el fortalecimiento de sus instituciones
democráticas con vigencia de la justicia social. ¿Dónde está ese gobierno capaz de liderar este cambio? Hasta ahora no
se avizora nada de esto en el horizonte, lastimosamente.
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