OTRA BATALLA GANADA
La lucha estudiantil
universitaria de nuestro país se prolonga y persiste y como las gotas que
consiguen horadar las piedras, va conquistando avance en el propósito de
recuperar la dignidad de la Universidad Nacional de Asunción. Lo que parecía un obstáculo imbatible: La
resistencia del Decano de la Facultad de Ingeniería Ever Cabrera a dar un paso
al costado, se ha conseguido doblegar por decisión del Consejo Superior
Universitario que dispuso por fin la intervención de la mencionada institución.
Esta decisión permitirá apartar de su cargo temporalmente al cuestionado decano
mientras se analiza los cuestionamientos del estudiantado que se opuso
tenazmente a su nombramiento por considerar que no reunía los requisitos teniendo en cuenta que obran en su contra
denuncias de presuntas irregularidades cometidas en su cargo anterior como Director
del Instituto Nacional de Tecnología y Normalización. La batalla fue tremenda. Ciento diez días de huelgas, bloqueo de
acceso y el riesgo de perder el semestre, hechos que no amilanaron a los
estudiantes de Ingeniería en esta confrontación. Es importante destacar el acompañamiento de
los padres en esta lucha de sus hijos e hijas
y el apoyo de numerosos docentes de la institución, que en la hora de la
verdad resultaron decisiva. La lucha de los estudiantes por combatir la
corrupción en la Universidad Nacional de Asunción, considerada como “la
primavera estudiantil” se inició en setiembre del 2015 y ya lleva más de un
año. Esta batalla debe ser una causa nacional, porque en la misma se pone en
juego nada menos que el futuro de nuestra sociedad. La corrupción en la UNA no se refiere solamente a perjuicios económicos sino al grave daño que se
genera por el deterioro de la calidad de la educación superior y la deficiente
formación de los profesionales que asumirán la responsabilidad de conducir al
país. La lucha por cambiar el Estatuto de la Universidad sigue pendiente. Los
que están empotrados en la estructura de poder que han permitido el reinado de
la corrupción, se oponen a que en los órganos de gobierno de la Universidad
Nacional de Asunción se imponga el equilibrio de control de los representantes de los tres estamentos:
Docentes, estudiantes y egresados no docentes. La idea es que ninguno de los estamentos
consiga mayoría propia. Es posible que no sea la solución, porque la
corrupción tiene varios recursos, pero por lo menos se establecerá un sistema de control y
participación mucho más razonable y equitativo. ¿Hasta cuándo seguirán oponiéndose? Es difícil
precisar pero la batalla no está acabada. Una joven egresada, la mejor de su promoción
2014 de la Facultad de Filosofía, de nombre Georgina Zavattiero, en su
alocución de graduación, frente a todas las autoridades de la Universidad, afirmó
que la lucha de los universitarios debe convertirse en una causa nacional y por
lo tanto se requiere la participación de toda la ciudadanía: “La UNA – concluyó
diciendo - es un espacio de privilegios de poco y de inversión económica de
muchos. Mi título de grado se encuentra marcado con tinta de corrupción por
quienes hasta hace muy poco tiempo ocupaban altos cargos dentro de esta casa de
estudios. Indudablemente esa es una marca que significa una motivación para
abogar e incidir por un país transparente, honesto y justo para todos” (Diario
Ultima Hora, 22 de noviembre de 2016)
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